martes, 30 de agosto de 2005

"Yo tengo un sueño"

Fig. 1 “Yo tengo un sueño” es el pendón mas significativo del discurso de Martín Luther King, cuando en 1963 encabezó desde el Monumento a George Washington hasta el Lincoln Memorial en una multitudinaria marcha por la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos.

La referencia es perfecta porque desde que empezaron los análisis para la implementación del artículo 350 de la Constitución Nacional, muchos de nuestros líderes de tribuna torean el tema definitivo del contenido de este artículo, aludiendo la desobediencia civil y la resistencia pacifica por vía de la no violencia y el pacifismo. Los líderes que toman como estandarte son el Mahatma Gandhi y Martín Luther King. Ambos lideres históricos son los mas importantes referentes en materia de conquista de los derechos civiles en el siglo XX, oponiendo a la violencia del estado, el pacifismo.


Cada uno en su liderazgo vivió circunstancias distintas, momentos disímiles y coyunturas opuestas; sin embargo conquistaron para la grey que representaron, los objetivos que se trazaron. El uno en la India y Sudáfrica de 1919 bregando por las libertades civiles y la discriminación; y el otro en los Estados Unidos combatiendo por los derechos civiles y contra la discriminación racial. En fin lo mismo por lo que estamos luchando los venezolanos contra el régimen de Hugo Chávez Frías.


El caso es que nuestros líderes y columnistas en la oposición (Álvarez Paz, Tulio Álvarez, Ledezma, Carlos Blanco, Agustín Blanco Muñoz, etc. y otros que llaman a la desobediencia) apelan a estos ejemplos, cuando muchos les estrujamos en su cara la necesidad de responder a la violencia del régimen comunista de Hugo Chávez Frías, de acuerdo con los principios de necesidad, conveniencia, oportunidad y proporcionalidad.
¡No, por favor, nuestra lucha contra Chávez en aplicación del artículo 350 de la Constitución Nacional es Gandhiana en su esencia! Nos responden con expresión contigua al Dalai Lama y actitud de levitación en el Tibet.

Un poco para hacer referencia a estos dos ejemplos que inteligentemente toman nuestros dirigentes y columnistas de oposición, voy a refrescarles históricamente de que manera abordaron el problema de la violencia estos dos líderes históricos.


Mohandas fue encarcelado muchas veces por la autoridad sudafricana e inglesa, por periodos de uno a dos años y en muchas oportunidades encabezando marchas y motines fue apaleado. Gandhi estuvo preso en 17 oportunidades y se entrego al ayuno en 15 ocasiones. Sus armas fueron el ayuno y la desobediencia civil. Sus partidarios usaron los disturbios sangrientos y los motines callejeros como medios para expresar su desobediencia y para responder a la violencia del régimen. Entre 1919 y 1922 los nacionalistas de Gandhi provocaron en Nueva Delhi sangrientos disturbios y motines callejeros. En el año 1948 la India estaba en plena guerra civil por las rivalidades religiosas entre hindúes y musulmanes lo que dio lugar a graves y cruentas luchas y uno de los acontecimientos mas salientes de ese conflicto fue la muerte de Gandhi. Afortunadamente el ultimo. Su objetivo de la independencia de la India lo alcanzó.


En 1955 se pidió a King que dirigiera un boicoteo contra una compañía de transportes públicos en Montgomery, a raíz del arresto de una mujer negra tras negarse a dejar su asiento a un pasajero blanco. Durante la protesta de 381 días, hubo violentos disturbios y King fue arrestado y encarcelado, su vivienda acabó destrozada y recibió muchas amenazas contra su vida. El boicoteo finalizó en 1956 con una orden del Tribunal Supremo prohibiendo la segregación en el transporte público de la ciudad. En 1963 dirigió una multitudinaria campaña a favor de los derechos civiles en Birmingham (Alabama) para lograr la inclusión en el censo de los votantes negros, acabar con la segregación y conseguir mejores escuelas y viviendas dignas para los negros en los estados del sur. Durante estas campañas no violentas fue arrestado varias veces. Cuando hizo su histórico discurso en Washington, iba encabezando la marcha.


Uno murió abaleado en 1948 y el otro también abaleado en 1968.


Ambos corrieron el riesgo de la vida y la libertad, y ambos sufrieron cárceles y murieron con la violencia del régimen que combatían.

En estos días estuve en una Asamblea de Ciudadanos donde se estaba discutiendo la manera de implementar el artículo 350 de la Constitución Nacional. Varios de los mas connotados lideres de la oposición, partidarios del 350, estaban exponiendo la manera como interpretaban la aplicación de esa norma constitucional. Todos se fueron por las ramas; hablaron de lo filosófico, de lo teológico, de lo teleológico del pacifismo conceptualmente, de la desobediencia civil, de la resistencia activa y la pasiva, de la iglesia (se les olvidó las 8 cruzadas de la Iglesia para rescatar los lugares sagrados), de la no violencia, de Gandhi y de Martín Luther King.

En el momento de la participación de los asistentes, un avispado del publico hizo una intervención donde recomendaba que se hiciera un boicot a algunas actividades del sector publico, que los lideres encabezaran las manifestaciones, que se llegara a todo trance hasta los objetivos anunciados, que se armara a la población opositora, que se hicieran manifestaciones diarias en lugares emblemáticos, que se le respondiera a la violencia del régimen, que se quemaran las casas del MVR, que se trancaran calles diariamente, que se interrumpiera el trafico en las autopistas, que se quemara cauchos, que se activara un gobierno paralelo, que se dotara de armas y equipo a un grupo escogido y se formara una fuerza armada paralela, que se activaran unas emisoras clandestinas, que se tomaran las televisoras puntualmente y se enviaran mensajes para la población disidente y por ultimo que se convocara una marcha para la toma de Miraflores encabezada por todos los lideres asistentes a la Asamblea de Ciudadanos, a la manera como Martín Luther King encabezó la de Washington y con el espíritu que Gandhi hacia sus ayunos.

!No importa que le metan un balazo a los lideres!

Se hizo un silencio sepulcral, todos los altos dirigentes invitados se vieron la cara, recogieron sus bártulos y se acabó la Asamblea de Ciudadanos. Lo único que se recogió como respuesta a la inquietud del asambleísta, fue un “Me están esperando para una parrilla” que susurró un expositor y otro que bostezó mas adelante mientras entraba a su camioneta “Yo tengo sueño”.

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