viernes, 12 de agosto de 2005

Plan de Campaña - Parte I

Nuestro Presidente esta viendo su proceso político de conducción del país, en su condición de Primer Magistrado Nacional, como una guerra. El Presidente ha tratado de ser, más Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, que Presidente Constitucional de todos los venezolanos. Y eso es tan cierto que cada una de sus actuaciones, las enfoca como si estuviera en un campo de batalla, donde hay presencia de Fuerzas Amigas y Fuerzas Enemigas, como lo establecen las Ordenes de Operaciones.

El Plan para sacar a Hugo Chávez y a su régimen del poder, es una apreciación de la situación que entraña muchas batallas, en muchos frentes. La derrota del régimen debe abarcar el enfrentamiento en muchos focos de perturbación, que se han convertido en Puntos Críticos, como consecuencia de haber sido ocupados por “la revolución bonita” y las victorias deben entrañar la reducción al mínimo del enemigo. El Teatro de la Guerra deberá ser Venezuela en todos sus ámbitos de participación y habrá la necesidad de activar varios Teatros de Operaciones con los correspondientes Planes de Campaña.

El frente de los Medios de Comunicación Social, esta presentando las batallas para el control de los medios, las cuales el régimen no ha podido ganar aún, a pesar de que está librando fieros combates para reducir la capacidad de maniobra de los editores, periodistas, distribuidores, etc. Especialmente con la aprobación de la Ley de Contenidos o Ley Mordaza, como se le conoce coloquialmente; y con la disuasiva política de revisar las rendiciones fiscales de los medios de comunicación mas emblemáticos en la oposición; el gobierno esta librando fieros combates de encuentro, para llegar al objetivo principal.

El frente político donde se escenifican las batallas políticas es donde el régimen se maneja con mayor discreción, en virtud a que, en los escenarios donde libran los combates tiene una abierta superioridad relativa; la Asamblea Nacional que lo proyecta hacía lo interno del país y el Servicio Exterior de la Cancillería que ha tenido una sistemática conducción en el exterior, el proceso de “refrescar” y “mercadear” la imagen democrática del Presidente de la Republica, las bondades de la Revolución Bolivariana y de Hugo Chávez Frías como un líder continental, especialmente en las derivaciones de los hechos del 11 de abril de 2002, donde la oposición ha sido de un nivel estratégico pedestre y ramplón, y ha presentado una pésima planificación que no atiende a uno de los mas importantes principios de la guerra, el de la Unidad de Mando.

El Frente Legal se desarrolla en otras instituciones que le sirven de escenario para librar combates que le permitirían blindarse desde el punto de vista jurídico y facilitar el ropaje constitucional y legal de la Quinta Republica y salirse victoriosos, en futuras imputaciones, una vez fuera del poder. Las batallas legales las libra el gobierno en el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalia General de la Republica, la Contraloría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo, más todo el andamiaje legal proporcionado por sus seguidores en la Asamblea Nacional, a través de la aprobación de leyes de abierta intervención política a favor del régimen.

Donde está perdiendo abiertamente la batalla es en el Frente Económico. A pesar de los esfuerzos del régimen por controlar la inflación y otros vectores de macroeconomía que influyen directamente en el poder adquisitivo; su incapacidad, producto de los desaciertos en la ejecución de las políticas públicas en el área, ha sido de un impacto demoledor. Los bolsillos de los venezolanos, están cada día mas depauperados y son pocos, quienes no han sentido el impacto sobre la calidad de vida. Las batallas económicas se pierden, en el día a día del venezolano y tienen una repercusión demoledora en el Frente Social. Cada día somos más pobres todos los venezolanos, sin ningún distingo de clase o condición social. La revolución esta cumpliendo la promesa de hacernos a todos iguales, pero por abajo.

De igual manera el Frente Militar, donde se desarrollarán las batallas militares – propiamente dichas – y aunque parezca una redundancia debe ser ejecutada milimétricamente, para evitar que la reedición de unos eventos parecidos a los del 13 de abril de 2002, se traduzcan en la reaparición de Hugo Chávez o un régimen parecido en el escenario político, económico, social y hasta militar, venezolano. Incluso, la lección venezolana debe derivar enseñanzas para la subregión latinoamericana y el resto del continente.Por eso es que la planificación debe ser de filigrana, sus resultados precisos y contundentes y no deben dejar márgenes de maniobra – mas allá de la política – para todos los factotum del régimen.

Cuando se habla de la maniobra política, es porque ese residuo significativo del veinte por ciento (20%) “duro” de la población venezolana, que aún cree ciegamente en Hugo Chávez, debe tener establecido un margen de esperanza en la nueva republica.

Todas las batallas las ha ganado, hasta el momento, el Comandante en Jefe en el Frente Militar. La batalla en el mérito la ha abordado de la única manera en que podía salir airoso. Pasó a la situación de retiro, a toda inteligencia que pudiera interpretar su proceso político en toda su dimensión y que mas tarde pudiera convertirse en focos de perturbación. A quienes no pasó a retiro los execró y mandó a un exilio dorado, donde no pudieran tener mucha maniobra para generar una reacción interna de la corporación militar. A quienes dejó en el país, los mandó a cargos infames o de segundones de talíbanes, quienes les hicieran el seguimiento permanente, sistemático y continuo para reducirle sus potenciales reacciones, otros simplemente han sido obviados en la asignación de cargos y esperan en sus domicilios, el desenlace de los acontecimientos.

¿Que deben entrañar las batallas militares en el Frente Militar?

Eso queda para la Segunda parte de este Seriado.

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