sábado, 10 de noviembre de 2007

La pluma y la espada

Me importa un pito lo que piensen los antichavistas puros de raza, de sangre, de linaje y de blasón. Los antichavistas puros son quienes levantan las banderas de la obsesión, el fanatismo y el radicalismo extremo, dejando de lado la razón y la sindéresis que es lo que debe privar para poder articular una estrategia medianamente viable y coherente para sacar del gobierno al régimen, por la única vía que él mismo ha dejado abierta; la senda de las armas, de la confrontación, de la violencia y de la resistencia en las calles.
Escribo esto de entrada, porque no faltarán opinadores sanguíneos y abdominales que adelantarán que “ya el gobierno lo compró” porque no coincido con las estupideces que se han estructurado como estrategia para salir del régimen ilegitimo de Hugo Rafael Chávez Frías. Este es el momento de seguir los impulsos que emanan de la materia gris en sus andanzas cerebrales; es el momento de la inteligencia.
En el anterior escrito señalé que los que siguen la estrategia de la “Marcha sin retorno” el próximo 26 de noviembre de 2.007; encabezados por el Doctor Herman Escarrá deben sentarse a conversar en torno a la UNIDAD de la oposición con los que se identifican con ir a votar cívicamente por el NO el venidero 2 de diciembre de 2.007 y encabezados por el General en Jefe Raúl Isaías Baduel.
El hombre de la pluma que llama a las botas, encarnado por el Doctor Escarrá debería de sentarse a hablar de la UNIDAD de la oposición con el hombre de la espada que llama a los votos; encarnado en el General en Jefe Raúl Isaías Baduel.
He oído de nuestros compañeros de ruta de la oposición, las mas absurdas especulaciones para descalificar la propuesta, pero ninguna con el suficiente peso argumental; incluso muchas que le caen arriba al propio Doctor Escarrá, quien tampoco es antichavista de origen, de sangre, de linaje, de blasón; es decir no es puro de raza. Las mismas razones que se esgrimen para no creer en Raúl Baduel como antichavista, son validas para tampoco creer en la gran mayoría de quienes se han convertido en los principales arietes de la salida a escena del General en Jefe. Son los mismos que suspiraban porque Baduel encabezara desde el Ministerio de la Defensa un golpe de estado y se sienten frustrados porque no lo hizo.
Todo aquel que se incorpore a la masa opositora al régimen, bienvenido, a nadie hay que pedirle prueba de fe; al fin y al cabo en la oposición son muy pocos quienes pueden exhibir un Certificado de Antichavismo Autentico que esté avalado por juicios, cárceles, persecuciones, exilio o alguna otra estupidez que se exija para calificar y para ser considerado iniciado.
Dicho esto a manera introductoria, quiero ratificar que las fuerzas que se han levantado en este momento en la oposición deben coordinarse para definir nuevamente el tiempo estratégico que definirá el inicio de las acciones de movilización para aplicar de manera contundente, las fuerzas del artículo 350 de la Constitución Nacional.
Entre el 26 de noviembre de 2.007, día en que se tiene previsto ejecutar la “Marcha sin retorno” y el 2 de diciembre de 2.007 que es el día del referéndum aprobatorio a la reforma constitucional, median apenas 7 días que pueden ser la diferencia entre el nirvana de la victoria o el desastre de la derrota. Eso es lo que justifica que ambos sectores se sienten a coordinar lo conceptual de la planificación para establecer la definición y la precisión de los términos de la movilización popular para la aplicación del artículo 350 de la Constitución Nacional.
Voy a ser mas ilustrativo que en el articulo anterior. Nada del momento político pasa sin la definición y conclusión que pondrá la actuación de la Fuerza Armada Nacional. El Doctor Escarrá es un hombre de pluma y su liderazgo nacional no pasa mas allá de la prevención de los cuarteles; su mensaje no llega hasta el efectivo de tropa que esta prestando servicio en un puesto de guardia o en una repartición militar del interior; o en una garita de servicio. El teniente o el Capitán de una unidad militar no conoce en profundidad el pensamiento político del Doctor Escarrá; los comandantes de Unidades tácticas ven en el Doctor Escarrá otro político más. Esa es la línea general de la imagen de Escarrá hacia lo interno de la Fuerza Armada Nacional y eso no tiene nada que ver con el coraje personal y la integridad personal y profesional del Doctor Escarrá. Es simple referencia al impacto de liderazgo que puede tener el Doctor Escarrá hacia lo interno de la corporación armada en un momento de crisis y de definición política por la actuación de la institución armada en el momento de aplicación del artículo 350 de la Constitución Nacional. Cualquier llamado del Doctor Escarrá y su Estado Mayor Coordinación, se va a estrellar contra la indiferencia de los cuadros medios e intermedios y con la inercia de los generales y almirantes. Un hombre de pluma no conseguiría eco dentro de la institución armada, en una crisis política.
Dicho esto ahora me voy hacia la valoración del caso Baduel. Viene de ser Ministro de la Defensa, tiene una referencia de actuación muy importante dentro del componente militar; particularmente su fuerza de origen es el Ejercito que es la rama militar que tendrá las definiciones mas importantes y contundentes en una coyuntura como la que deriva de la aplicación del articulo 350 de la Constitución Nacional; por mucho que el régimen haya defenestrado y barrido con todo lo que huela a Baduel después del polémico discurso de entrega del ministerio; aún dentro de la Fuerza Armada Nacional hay un sentimiento mayoritario de que este régimen tiene al borde del precipicio a la Nación y al estado venezolano y las amenazas a la seguridad van mas allá de una presunción, hacia una realidad que nos pone al borde la guerra con Colombia y con (aunque mueva a risa) Estados Unidos. Los profesionales militares no ven en el horizonte inmediato un liderazgo militar que pueda encarnar las angustias, las zozobras y las impaciencias de la Fuerza Armada Nacional en este momento. Los mecanismos represivos del régimen a través del sistema de inteligencia, demuestran su eficiencia a través de intercepciones telefónicas, seguimientos, hostigamientos, represión sicológica y amenazas persistentes y eso arrincona a la gran mayoría de sus jefes. La salida de Baduel al ruedo político (independientemente de que sea a destiempo) abre un canal a través del cual drena la expresión del sentimiento mayoritario de la Fuerza Armada Nacional hacia la calle. No es el vocero oficial de la institución, pero conoce de cerca lo que esta ocurriendo dentro de los cuarteles; sabe hasta la precisión las interioridades mas intimas del régimen; los acuerdos secretos y toda las maniobras políticas de Hugo Chávez; y algo mas importante, conoce cual es la planificación político-militar que tiene diseñada el gobierno para enfrentar cualquier iniciativa de la disidencia que ponga en peligro su estabilidad y su permanencia. En una coyuntura como esa, la disidencia necesita la dirección de un hombre de espada.
Esto no se trata de un llamado a votar, yo respeto las valoraciones que da cada quien para ir a votar o no. Soy un abstencionista impenitente y un firme convencido de que a Hugo Chávez lo sacan de Miraflores por la fuerza de las balas que por la razón de los votos. Pero también creo que hay que impulsar la sinergia de todos quienes estamos en la acera opuesta del régimen. De allí mi llamado a que Escarrá coordine con Baduel aquello de la definición del tiempo estratégico; es decir el Día “D” y la Hora “H” de la aplicación del artículo 350 de la Constitución Nacional.
7 días median entre lo establecido por Escarrá y lo expresado por Baduel. En esos 7 días o el chorro estará muy largo, o el chorro estará muy corto o el perol estará fuera de la línea de tiro; pero lo que si es cierto es que estaremos orinando fuera del perol si no se acuerdan ambas estrategias sobre la base de una realidad que es la convocatoria del CNE para la realización del referéndum aprobatorio el 2 de diciembre de 2.002.
Como decía en el inicio, me importa un comino las expresiones para descalificar a Baduel y su ingreso al club oposicionista; pero creo que lo que se impone es coordinar ambas estrategias (La del General Escarrá y la del Doctor Baduel) para lograr el objetivo político conclusivo de toda movilización social en esta coyuntura, cual es la salida de Hugo Chávez y su régimen de utilería, del poder.
La pluma y la espada en este momento requieren de unidad. Este es un buen momento.

Caracas, 10 de noviembre de 2.007

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