martes, 29 de julio de 2003

La FAN despues del referendum

¿Cómo sería la actuación de la Fuerza Armada Nacional, en caso de que una vez realizado el
referéndum revocatorio (RR) con resultados adversos al gobierno, Chávez lo desconozca?
Es una pregunta que hacen todos los venezolanos de distintas pintas y colores. Políticos, vendedores, médicos, odontólogos, maestros, veterinarios, payasos, yerbateros, buhoneros, periodistas, atletas, taxistas, ciclistas, indigentes, floristeros, etc. Todos se plantean la pregunta y esta puede dar lugar a muchas respuestas; tantas y variadas que al final, no queda mas opción que inclinarse por la mas realista, la mas objetiva y la que mas se aproxima a las conductas telegrafiadas inicialmente y luego adoptadas por los mas altos voceros de la ¿institución? Armada en estos últimos tiempos, ante medios de comunicación de manera pública ¡Nada!
¡Si! ¡Nada!
Ya ante el particular se ha pronunciado el inefable General de División (Ej.) Jorge Luis
García Carneiro, Comandante General del Ejército; el VA Fernando Camejo Arenas, Comandante General de la Armada; el General de División (GN) Eugenio Gutiérrez Ramos, Comandante General de la Guardia Nacional; el General de División (Ej.) Raúl Isaías Baduel, Comandante de la Cuarta División de Infantería y Guarnición de Maracay; por nombrar solo algunos de los más emblemáticos de los integrantes de la cúpula militar chavista. Sin mencionar la claramente actitud del Comandante en Jefe. No veo encarnada en algún militar, una actitud de signo contrario a esta decisión del Héroe del Museo Histórico Militar.
¡Ni hablar del exiguo y anémico grupo INSTITUCIONAL de los oficiales generales, superiores,
subalternos, Suboficiales Profesionales de Carrera, tropa Profesional y tropas alistadas, claramente resteados con el Chavismo militante dentro de la corporación militar, quienes con sus fanfarronadas, bravuconerías y amenazas mantienen arrinconados y acobardados al grupo mayoritario integrado por los ex–institucionalistas y ahora convertidos en mercenarios de la organización (Los mas audaces los señalan como Las Jineteras de la Revolución Bolivariana), quienes saben que una ausencia de Chávez en la Primera Magistratura, indicaría para ellos una ausencia definitiva de la carrera militar y hasta la posibilidad de enfrentar procesos judiciales. De
manera que la actitud de este grupo, sería amenazar al otro para que no hagan...NADA.
Y en efecto, así va a ser. Nadie en la Fuerza Armada Nacional, en este momento recogería el guante de la deshonra para hacérselo tragar a Chávez y sus acólitos. Cada día, nuestros mercenarios (Las Jineteras ...etc.) argumentan en contrario, con mayor fuerza escapista y razonamiento asexuado, para estirar el cuando de la actuación de la Fuerza Armada Nacional en
un hipotético escenario post-referendo, en el cuál Chávez no reconoce la derrota aplastante del electorado. Eso sin señalar, que una vez definido el ¿cuándo?, no tendrán precisado el ¿cómo?, ni siquiera el ¿qué?; entonces, si no tenemos detallado el ¿cuándo?, el ¿cómo?, el ¿quién? ni siquiera el ¿qué?; apelando a las matemáticas de la razón, simplemente no se va a hacer NADA.
De todas maneras, fantaseamos, en compañía de los venezolanos optimistas, quienes están manejando escenarios donde la Fuerza Armada Nacional se reivindica ante la nación venezolana y asume su responsabilidad como garante de la institucionalidad y soñamos que esta gran borrachera política de la revolución bonita, se encuentra de frente con el coraje y la resolución del Alto Mando Militar.
Nos imaginamos que el General de Brigada (Ej.) ® José Luis Prieto, Ministro de la Defensa;
acompañado por el Vicealmirante Torcat Sanabria, Inspector General de la Fuerza Armada Nacional; el General de División (Ej.) Nelson Benito Verde Graterol, Jefe del Estado Mayor Conjunto; el General de División (Ej.) Jorge Luis García Carneiro, Comandante General del Ejército; el Vicealmirante Fernando Camejo Arenas, Comandante General de la Armada; el General de División (Av.) Ángel Federico Valecillos Ríos, Comandante General de la Aviación; el General de División (GN) Eugenio Gutiérrez Ramos, Comandante General de la Guardia Nacional; el General de División (Ej.) Julio Ramón Quintero Viloria, Jefe del Comando Unificado numero 1 de la Fuerza Armada Nacional (CUFAN) y el General de División (Ej.) Wilfredo Ramón Silva, Comandante de la Tercera División de Infantería y Guarnición Militar de Caracas se
presentarán espontáneamente (según ellos) al Palacio de Miraflores, donde los recibirá un extrañado y atónito Presidente de la Republica Hugo Chávez Frías, quien se sorprenderá (también según ellos) de la presencia sin previsión en la agenda presidencial, de todo el Alto Mando Militar, con la parafernalia de las caravanas, escoltas, luces y cocteleras aceleradas; un poco imitando la postura histórica del entonces Teniente Coronel Marcos Pérez Jiménez, el Teniente Coronel Luis Felipe Llovera Páez y el Teniente Coronel Carlos Delgado Chalbaud, el 24 de Noviembre de 1948, cuando defenestraron al Presidente Rómulo Gallegos.
La inspiración nos da para visualizar al General Prieto, muy romano en la impostura, en el contenido declamatorio y en las inflexiones vocales, asumiendo la vocería, en nombre de todo el Alto Mando Militar y demás jefes militares del séquito.
-¡Señor Presidente, el deber constitucional nos impone que lo emplacemos, en nombre de la Fuerza Armada Nacional, a reconocer los resultados del referéndum revocatorio. Esa es la conducta mas sana, para la paz republicana!
Toma aliento nuevamente el General Prieto. El gran esfuerzo republicano para arrancar verbalmente en la peroración, le agota físicamente y lo lleva al borde de la asfixia y del infarto. La transpiración le inunda toda la camiseta y parte de la blanca camisa del traje oscuro. Se asume nuevamente en el Pericles de la representación y continúa inspirado democráticamente.
-¡Señor Presidente, así es el juego democrático y ese es el deber constitucional y ético, al que como institución fundamental de la republica bolivariana, le corresponde a la institución armada!
Ya sentía el General, en los imperceptibles asentimientos que hacían sus acompañantes, la gloria de pasar históricamente, por ese arresto, a los anales de los inicios de siglo XXI. Toma aire para darse más vigor y energía y se ungió en tribuno para seguir intimando al Presidente de la Republica, quien lo oía muy atentamente.
-¡Señor Presidente, no queremos propiciar un enfrentamiento armado entre el pueblo y la Fuerza Armada Nacional!
Ya el General Prieto se había trasmutado y se había asumido como un Marco Tulio Cicerón.
-¡Señor Presidente, esta es su oportunidad histórica de reivindicarse democráticamente ante el pueblo venezolano y la comunidad internacional! ¡Puede usted estar seguro, señor Presidente, que dentro de dos años, ese mismo noventa y cinco por ciento de resultados adversos en el referéndum revocatorio, se convertirá, en esa misma proporción, en un retorno por aclamación. Acepte el juego democrático de la alternabilidad y la patria se lo agradecerá y recompensará en el futuro!
Esta ultima filipica a Chávez, había recompuesto al General Prieto en un Catón de Útica.
Chávez que había estado muy atento tomando notas de la exposición del Demóstenes del Ministerio de la Defensa y su escolta de tribunos romanos uniformados, enserió la expresión. Había oído toda la exposición con su clásica semi-sonrisa y empezó una perorata que abarcó a cada uno de los miembros del Alto Mando Militar.
-¡General Prieto! He seguido muy atentamente su exposición y les admiro a todos la valentía. El poder se ejerce y entiendo que todos ustedes con esa exposición y lo que entraña su planeamiento, están ejerciendo el poder. ¡Les repito! Los admiro por su valentía, entendido así, desde la óptica de ustedes. Yo diría más bien, desde la óptica mía, que fue una aventura, porque yo también tengo el poder y me gusta ejercerlo. Un poco para que conozcan la magnitud de la aventura en la que se embarcaron, los voy a invitar a dar un breve paseo.
Salen al pasillo, lateral al despacho presidencial, el Presidente de la Republica, acompañado de todo el Alto Mando Militar. La primera impresión de los jefes militares, al salir, es los arreos de campaña y la expresión de combate de todos los edecanes y los escoltas civiles de la Casa Militar, cómodamente instalados durante la larga antesala a la que fueron sometidos, antes de ser recibidos por el Presidente. Cuando pasan al frente de la fuente del pez que escupe el agua, se aprecia una inusitada cantidad de guardias presidenciales, ausentes cuando el Alto Mando Militar ingresó al despacho presidencial. Llegan a la entrada principal del Palacio y toda la parafernalia de sus escoltas, caravanas, seguridad, etc. ha desaparecido, llegan a la Prevención
del Palacio y se nota que la seguridad ha sido redoblada; encaran la reja del Palacio y notan una entusiasta concentración de civiles partidarios del Presidente Chávez, que se están convocando en los alrededores del Palacio de Miraflores, para manifestar apoyo al Presidente de la Republica.
Regresan al Despacho Presidencial y ya Chávez se ha transmutado. Ha cambiado la expresión.
Exterioriza un cinismo tanto en la expresión facial como en el contenido del largo discurso que fue amasando en el recorrido por los predios miraflorinos.
-¡General Prieto! Interpreto que ustedes vinieron a emplazarme políticamente y luego a detenerme, porque mi decisión no la iba a cambiar. Es mas, se las ratifico nuevamente. La oposición golpista y terrorista ha alterado los resultados del referéndum revocatorio (RR) y ha oficializado el golpe de estado con la presencia de ustedes en el Palacio de Gobierno para materializar mi detención. ¡Eso es algo que no toleraré! Mi compromisoes con el pueblo, con los desposeídos y depauperados de cuarenta años de exclusión, de las decisiones corruptasde las cúpulas podridas adeco-copeyanas. Yo sabía que en algún momento, las liebres de las lealtades de ustedes, me iban a saltar de cualquier mogote de la traición. Al fin y al cabo, ustedes son el resumen de lomilitar mas podrido de la cuarta republica. Allí está la justificación de sus designaciones en esos cargos de tan alta responsabilidad. La fragilidad de sus principios, la escasez de sus valores, la veleidad de sus lealtades, el poco apego a los compromisos y esencialmente la cobardía de sus actuaciones fueron el mejor crédito para inclinarme a designarlos en tan altas responsabilidades en la Quinta Republica. La mejor prueba de ello es esta actuación. ¡Venezolanos! ¡Mis últimos votos son por la felicidad de la patria – en este momento Chávez se transportó bolivarianamente – si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro! ¿Ustedes están pensando que tan mansamente como llegué a Miraflores, así me voy a ir? ¡Bajense de esa nube y terminen de bajar al sepulcro! ¿Para que creen ustedes que traje al país a los cubanos? ¿Cómo justifican, ustedes, la gran cantidad de organización, entrenamiento y equipamiento de los
Círculos Bolivarianos? ¿Cómo reintegro el financiamiento de mi campaña electoral por los camaradas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)? ¿Con que cara me le presento a ese gran caudal de venezolanos, al que le prometí una revolución con armas propias? ¿Ustedes piensan que voy a ser el hazmerreír de los Carapaicas, Tupamaros y la Fuerza Bolivariana de Liberación (FBL)? ¿Voy a seguir dando argumentos a Freddy Bernal para que continúe acusándome de cobarde ante el pueblo? ¡Españoles y canarios, contad con la muerte! ¿Y Fidel? ¡Mi amado Fidel! ¡Mi padre, mi hermano, mi compadre, mi compañero, mi camarada! ¡Mi todo! En ese momento la mirada estaba estrábica de delirio y ya la comparsa militar había pasado, de magistrados romanos a recogelatas del honor (Con el perdón de los recogelatas)
¿Qué argumento voy a exponer en mi exilio antillano, ante mi venerado barbiespeso caribeño, para justificar esta nueva huida, ante este chorrito de pus con el que ustedes vienen a ladrarme? ¡Oh, manes inmarcesibles de la lealtad, la gloria y del honor! ¡Ilustradme deidades del sincretismo afro-caribeño!
¡iluminadme dioses mayores del empíreo marxista! ¡Dadme luces para tomar decisiones acertadas en esta coyuntura de la felonía, la perfidia y la bellaquería! ¡El cielo encapotado anuncia tempestad, oligarcas temblad, viva la libertad! Así que ustedes, supongo, vienen a ofrecerme el camino expedito de la renuncia al cargo de Presidente de la Republica para honrar una decisión pésima que asumí y que en caso de no hacerlo, me harán preso para complacer a la canalla de la oposición! ¡Por cierto, General Prieto! ¿...Cuantas divisiones tiene el Papa? ¡Yo tengo cañones, aviones, fusiles, fragatas, granadas, porque...esta es una revolución armada! ¡Vamos a contar los cañones suyos! ¡Calculó mal el paso, General Prieto!
Posteriormente fue pasando Chávez por un resumen del historial negro de cada uno de los integrantes del Alto Mando Militar presentes. Al General Prieto le estrujó de frente, las corruptelas del pasaje rasante y raqueteante por el INCE, dipsómano, sibarita y epicúreo fueron otras de las verdades bonitas, cantadas en la sinceridad de la ira chavista; al Vicealmirante Torcat Sanabria lo zarandeó con los dineros mal habidos del Proyecto Bolívar 2000 en la Guarnición militar donde administró el plan; al General de División (Ej.) Verde Graterol lo atacó ruinmente manipulando la condición de amigo y compañero de toda la vida; al Vicealmirante
Camejo Arenas le registró los bolsillos también del Proyecto Bolívar 2000 en Puerto Cabello y las frecuentes veleidades alcohólicas a las que es afín; ni hablar del vomito verbal que le lanzó al General de División (GN) Gutiérrez Ramos, cuando detalló con pelos y señales el expediente de corrupción que le tenía guardado, que
dejaba como un escolar de pantalón corto al Capitán Avendaño, frente al atocinado general Comandante de la Guardia Nacional. Así, fue sacando de la bilis, todos los recursos del chantaje, algunas cosillas sexuales de poca monta, dineros extras, videos escondidos, segundos frentes, desviaciones sexuales, etc. para exprimirle, el residuo de honor a cada uno de los integrantes de la pompa de uniforme, hasta que encaró al General de División (Ej.) García Carneiro y empezó a tratar de erosionarlo moralmente con un desplante a lo IMPERATOR CAIO JULIUS CAESAR: (Edil, Pretor, Gran Pontífice y Cónsul del “Imperium” de la Quinta Republica), hasta se veía apoltronado en el sillón de oro, ataviado con la Toga Púrpura y los laureles de los vencedores y hasta asentado en el culto del Quintilis.
Ed anche tuo, Brutus, mio figlio! (¡Y tú también, Bruto, hijo mío!)
Lo atajó inmediatamente de manera irrespetuosa y descortés el General García Carneiro. Las escasas oportunidades intelectuales que se había procurado, no le habían dado la oportunidad, para proporcionarse las luces correspondientes, para conocer ese periodo importante de la historia universal en la Roma del Imperio, con la actuación del general y político romano que creó los cimientos del futuro sistema de gobierno al final de la república, Cayo Julio Cesar y mucho menos el incidente casi de parricidio con Cayo Junio Bruto, que terminó con la vida del mas importante de los Césares. El Pobre Jorge lo asoció con el referente del “...lapsus brutis” del Vice-Presidente Rangel.
-¡Mi Comandante en Jefe! Nada de bruto, yo fui muy inteligente. Inteligencia fue lo que mas apliqué para mimetizarme con estos escuálidos disimulados. ¡Nada de bruto! A mi me invitaron a hacer un pronunciamiento público y un emplazamiento acá en Miraflores, estos oficiales generales y almirantes “bobos” y yo tuve la necesidad de fingir que estaba de acuerdo con ellos, para ganarme la confianza y poder tener la oportunidad de desenmascarlos en el momento preciso, que creo que es este.
Ex abrupto! (Sin guardar el orden debido). Sentenció apostólico el Julio Cesar de alpargatas, en perfecto latín.
Y por allí se extendió el jurisconsulto, magistrado, árbitro, censor, letrado, consejero, doctor y general García Carneiro a justificarle a Chávez su presencia en la conjura. Quien quiera ampliar esta reseña léase la reciente declaración del inefable Jorge Luis, donde justifica porque estaba exigiendo al General Vásquez Velasco sentarse a su lado durante los sucesos del 11 de abril de 2002.
Excusatio non petita, acusatio manifiesta! (La excusa no pedida, manifiesta acusación probada. Quien se excusa sin que nadie lo haya culpado, se declara convicto).
-¡Mi Comandante en Jefe! ¡Mi lealtad es a toda prueba y de ella yo quiero que usted me pida cualquier cosa! ¡Si usted me pide matar, incluso hasta mi madre, a quien sea, hasta allá llega mi devoción por usted!! Acuérdese del 11 de abril! ¡Mi jefe, mi padre, mi dueño, mi...todo!
Ex ore tuo te judico! (Por tus palabras te juzgo. A partir de lo que dices te acusas) Le siguió
ratificando Chávez desde su levitación miraflorina.
-¿Cómo hago mi amado Hugo Rafael, para demostrarte y ratificarte mi adhesión, mi incondicionalidad, mi fervorosa pasión institucional y mi servicio? ¡Déjame servirte como el último de tus soldados! ¿A quien mato?
Hoc volo, sic jubeo, sit ratione voluntas! (Lo quiero, lo ordeno, que mi voluntad sea la razón) Esto ultimo Chávez lo reflexionó nuevamente, al valorar la calidad del personaje que tenia en frente. ¡No fuera a encaminar, su vocación homicida, hacia él!
-¡Jorge! ¿En que momento pensaste que disponías del poder en el Ejército? ¡Tú estas pensando que esa responsabilidad yo la iba a diluir, en esa veleta que tienes por lealtad! ¿O acaso pensaste que voy a dejar mi trabajo en la veleidad de Silva Wilfredo, en el misticismo taimado de Baduel! ¡Eso no se lo aguanté ni a Arias, o Urdaneta o Acosta! ¡La única luz que ilumina es la mía y ninguna otra debe opacarla!¡Te equivocaste! ¡Mi confianza está en Cliver, en Montilla Pantoja, en los muchachos de las promociones de oficiales de la Academia Militar de Venezuela del 81, del 82, en los bolivarianos de la Promoción Bicentenario del año 1983, en mis Centauros! ¡Esos si son capaces de dar la vida por mí y no quitármela! ¡Cucullus non facit monachum!
(El habito no hace al monje). Y con este latinazo final los despidió, mientras el cortejo castrense avanzaba en fila india hacia los sótanos de Miraflores.
Demás está decir que en esta fantasía, todos los payasos de la comparsa castrense, incluyendo al
camaleónico General García Carneiro, fueron vapuleados moralmente y detenidos; posteriormente fueron arrastrados por la fuerza del anonimato y el desprestigio, y lanzados hasta eso que cuadra muy bien con su condición personal absoluta y relativa, que llaman el basurero de la historia.
La moraleja de esta alucinación escrita es que en ella reside la inacción de todos los jefes militares. De allí, que la conclusión mas resaltante es que nuestros mequetrefes profesionales militares activos, van a continuar escudándose en superficialidades arguméntales, bagatelas intelectuales y no van a hacer NADA.
¡Ave Caesar, morituri te salutant! (Salve Cesar, los que van a morir te saludan!)

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