martes, 22 de julio de 2003

El pobre Jorge

En estos días estuve de visita en la popular barriada de El Valle. Aproveché para caminar la Calle 14, donde disfrutaba en el estrecho apartamento de mis familiares paternos y en el cual por prescripción de mis parientes pasaba los días de fin de semana y pernoctas, luego de una agotadora semana, de exigente jornada académico militar.
El Valle ha producido excelentes militares. La misma circunstancia de estar aledaña a los predios de Fuerte Tiuna, inclina la vena vocacional hacia la propensión militar de muchos de los muchachos de esa popular urbanización caraqueña.
En efecto, hay una gran población de militares del Ejército, que han salido de liceos y colegios de El Valle y Coche. Entre ellos, nuestro inefable Jorge Luis García Carneiro. Nuestro emblemático y revolucionario Comandante General del Ejército.
Aun residen en ese popular conjunto residencial la gran mayoría de sus familiares por la vía materna y paterna. Es García Carneiro un hombre de extracción humilde y procedente de familia de escasos recursos económicos.
Por esas cosas del destino, me conseguí en una de las panaderías de esos predios una vieja matrona, familiar cercano según su expresión, de nuestro prodigioso Comisario Político reseñado.
-¡Yo creo que lo que está haciendo Jorge con nuestros pobres de las barriadas, por disposición del Presidente, es beneficioso! ¡Hay que ver el esfuerzo que está echándole Jorgito a esa tarea! Eso, es lo que ellos (Los Escuálidos) no ven, siempre egoístas de tratar de impedir que las cosas nos lleguen a los pobres! Hasta allí todo estuvo perfecto en el reclamo al aire lanzado por nuestra honorable señora y del cuál estuve atento a recoger en toda la expresión, una vez conocida la referencia filial.
-¡Ese esfuerzo, en algún momento será reconocido por todo el mundo, incluyéndolos a ellos! (vuelven Los Escuálidos). Seguía nuestra señora, levantándole la bandera del reconocimiento a Jorge Luis.
Hasta que lanzó esta preocupación, de la cuál también me hice solidario y más que ello, me enrole a conseguir respuestas a muchas preguntas institucionales que surgían, a raíz del protagonismo inusitado adquirido por Jorge.
-¡Pero estamos preocupados, todos sus familiares estamos preocupados por el momento en el que Jorgito va a reventar. La pobre cabeza no le da para tanto. Ya él tuvo un accidente cerebro vascular (ACV) y es posible que tanta presión le pueda traquetear por algún lado! ¡Es que estamos asombrados que no haya ocurrido hasta este momento! ¡Sabiamos que Jorgito estaba luchando para llegar hasta donde está y lo ayudamos en familia, pero teníamos dudas, a pesar de que lo empujabamos! ¡Es que él no tiene cabeza para tanto!!Cada vez que le da esa tocoquera en la casa, la pobre mujer no encuentra que hacer ¡!La preocupación es que se nos quede sin un tornillo en esos berrinches! ¡Ojalá que salgamos de esto rápido! ¡Ay, El Pobre Jorge! Sentenció nuestra locuaz vecina, luego de recoger su pedido y salir
Esta última parte no la entendí. No supe apreciar si era salir del régimen o de la responsabilidad asumida por Jorge Luis.
En todo caso, en el comentario familiar, creo que reside toda una explicación a la designación del Presidente de la Republica Hugo Chávez Frías, del General de División Jorge Luis García Carneiro como Comandante General del Ejército; su posterior actuación como Comandante de la Tercera División de Infantería en los sucesos del 11 de abril, sus declaraciones posteriores haciendo el papel de Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia y su reciente postura ante la realización del inevitable referendo revocatorio al Presidente de la Republica.
Como todo Caudillo, Chávez no acepta, luminarias que le roben la poca luz que pueda irradiar. Antes de designar un sobresaliente en cualquiera de las áreas de gobierno, prefiere postrados, sumisos y arrodillados en su entorno, pero más que ello los prefiere mediocres, regulares, escasos, grises, anodinos y triviales. Las pocas luminarias que ha designado, han salido rápido del gabinete o del Alto Mando, o simplemente los ha obviado.
En esta revolución de carnaval y de confetis, la mediocridad es la orden del día. Solo así se justifica que un hombre limitado profesional, intelectual, física y mentalmente sea designado Comandante General del Ejército.
Solo así, en este comentario familiar atinado y a mi presencia fortuita y casual en la panadería, se le consigue explicación a ambas cosas de manera simultánea.
Solo a un hombre débil mentalmente – con todo el respeto para la condición de minusvalía cerebral - se le puede ocurrir la postura asumida, no solamente en la etapa reciente, sino en toda su trayectoria profesional.
Solo a una condición de paciente del diván, en el cuál la característica mas importante, es la descompensación ante situaciones de gran presión; se le puede justificar y argumentar de las decisiones y posturas en representación de la ex – institución ¡Ejercito Venezolano!, ¡forjador! ¿De qué?
Igualmente, solo a un desequilibrado mentalmente se le ocurre asumir las posiciones exteriorizadas recientemente y que dejan mal parada a la Academia Militar y su proceso de ingreso (Especialmente la prueba psicotécnica), al Ejército Venezolano, las Fuerzas Armadas Nacionales y en general al proceso socio-político de los cuarenta años de la Cuarta Republica (No hay que olvidar que García Carneiro ascendió a General en la Cuarta).
Pero no todo su trastorno mental se orienta hacia las profundas atolladas de extremidades inferiores en los negocios políticos, en los cuáles Hugo Chávez Frías, le hace la tarea y le impone las planas correspondientes.
La poca luz de Jorge la enfoca hacia los buenos negocios, los pingües filones que se están explotando, al amparo de esta revolución bonita y con la excusa de ayudar a los pobres. Aparentemente, ¡loco no es!
Desde los días del exilio circunstancial en la Guarnición de Mérida, el acercamiento al proceso revolucionario en la Guarnición de San Cristóbal, su identificación revolucionaria en la Guarnición de Caracas y ahora como Comandante General del Ejército; Jorge Luis García Carneiro ha sabido aprovechar los beneficios para los humildes del Proyecto Bolívar 2.000.
¡Nadie puede decir que el proyecto bandera de esta revolución no ayuda a los pobres!
¡Como se ve García Carneiro dejó de ser un hombre de escasos recursos económicos, pero nunca ha pasado de ser un hombre de menguados recursos mentales!
¡Amarren ese loco!

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