miércoles, 13 de febrero de 2008

LA MANO DE DIOS



«La mano de Dios» es el nombre con el que se conoce el primer gol anotado por el futbolista argentino Diego Armando Maradona en el partido entre Argentina e Inglaterra por los cuartos de final del Mundial de México 1986, el 22 de junio de 1986 en el Azteca. El juego finalizó con victoria de los argentinos 2 goles a 1, gracias a dos anotaciones del mismo Maradona.
Veintidós años después Maradona aceptó que el gol fue hecho con la mano; ya el mal o el bien, según sea la óptica con la que se mire, estaban hechos.
El pensamiento y la obra de un militar venezolano, y de los uniformados en general, tienen tendencias a ser cartesianos. Lo que un soldado coloca en el eje de “x” en un punto y en el eje de las “y” en otro punto, eso debe estar ubicado en el punto (x,y). Así somos para todo. Cuando se nos saca de esa perspectiva, la imaginación se nos agota, la fantasía se nos reduce y la figuración de la representación y el simulacro, se nos sujeta a brazadas que no llegan a la orilla que nos salvará. Estoy escribiendo de una regla que se ha convertido en un estereotipo, tenemos una larga lista de excepciones.
Cuando un militar dice que es institucionalista, en la generalidad de los casos; no argumenta la expresión. Lo dice de una manera escapista para justificar su inacción ante una coyuntura, para alegar su omisión ante una circunstancia política en la que se asume un riesgo o simplemente para no meterse en las profundidades de una decisión, en la que es ineludible hacer el aporte personal y profesional, para representar la institución armada.
¡Yo soy institucionalista y punto! Con esta expresión documenta de manera superficial su falta de coraje como bandera, su ausencia de principios como estandarte de combate, su propio himno a los antivalores de la institución armada y su escudo de armas donde se refleja en sus cuarteles la ignorancia, la ineptitud y la incompetencia. Es la manera más olímpica de tirarse arriba como en la Emulsión de Scout el hombre al bacalao. El bacalao es el institucionalista de la expresión y el hombre es la institución armada. Un simple juego de palabras diría yo, que va más allá de la retórica; pero que tiene caminos y senderos para convertirse en hechos y realidades, haciendo uso de los malabarismos de la fantasía.
¡Yo soy institucionalista y punto! ¿Comodidad? ¿Ignorancia? ¿Cobardía? ¿Oportunismo? ¿Todas a la vez? Una planificación militar tiene todo tipo de parangones y equivalencias. La más a la mano es la que tiene que ver con el escenario deportivo. ¡Veamos!
La planificación militar se inicia, generalmente, por la prescripción de una directiva recibida del escalón superior o deducida de una coyuntura o circunstancia que exija una planificación. En el caso venezolano, la Constitución Nacional de la Republica Bolivariana de Venezuela y el cuerpo de leyes que arman la estructura del estado de derecho, se constituyen en el mas importante referente para constituir una planificación operativa en cualquier coyuntura.
Los militares tienen planes para atender cualquier tipo de contingencia que se presente en el país. Eso no es de esta oportunidad, desde siempre ha existido previsiones en el cuerpo armado para enfrentar las amenazas que ponen en riesgo la seguridad de la nación.
Para atender las contingencias de orden interno y externo se establecen las hipótesis de conflicto a nivel del Estado Mayor Conjunto y en el plano estratégico militar: que originaran la planificación en el arte operacional. Esta es una responsabilidad del Comando Estratégico Operacional. Es publico, comunicacional y notorio, que en diversos foros y en el orden de difundir la nueva doctrina militar de la Revolución Bolivariana, la Guerra de Cuarta Generación y su hijo bastardo encarnado en la Guerra Asimétrica se contemplan tres amenazas; a saber: El imperio norteamericano, la Republica de Colombia y la oposición política al régimen chavista.
El juego de guerra de una apreciación, antes de que el Comandante de la Unidad tome una decisión y la amplíe con su concepto operacional; tendrá su escenario de la peor hipótesis cubierto, en la medida que el planificador se pasee por todo genero de ilusiones y espejismos, más allá de la alucinación y colocando en la realidad de los hechos, cada una de las posibilidades del enemigo que se establecieron en la Apreciación de Inteligencia. En este momento el régimen de Hugo Chávez tiene posibilidades de reaccionar a cualquier iniciativa operativa que tome la oposición; a reorganizarse en caso de que la iniciativa tenga éxito; y a resistir en caso de que ambas etapas limiten la capacidad de maniobra y la libertad de acción del régimen.
Pero, mas importante que elaborar con el formato que atienda a la doctrina y a los Manuales de Referencia de las Escuelas de Estado Mayor; mas importante que la integración del Estado Mayor de Coordinación que secundará en el proceso de toma de decisiones durante la conducción de las operaciones en el campo de batalla; mas importante, incluso, que los documentos e informes de cuanto esta aconteciendo en el área de operaciones; es la habilidad del Comandante para tomar decisiones bajo la presión del campo de batalla, con la suficiente imaginación para alcanzar los dos principios de la guerra que sirven de apalancamiento en la conquista del objetivo y cumplimiento de la misión, a toda planificación militar; la seguridad y la sorpresa.
El mito del Caballo de Troya durante la guerra entre griegos y troyanos y recreado por Homero en La Odisea y La Operación Yonnathan con que los israelíes rescataron a los rehenes en Entebbe de los comandos palestinos es un claro ejemplo de una fantasía documental digna del séptimo arte, convertida en una realidad operacional. En consecuencia, para un planificador militar la imaginación es el límite; pero para un conductor militar, la victoria esta más allá de la imaginación. Es el momento en que lo militar deja de ser una ciencia y se convierte en un arte.
Esa transmutación del conductor militar durante la conducción de una operación de combate, desde un científico de la guerra para calzarse los arreos del artista que plasmará su obra en el campo de batalla; es lo que hará la diferencia entre El Gran Corso y Pedro Pérez Delgado, el que llamaban…Maisanta; salvando distancias entre ambos casos de comparación.
¡Yo soy institucionalista y punto! Yo creo que en la posición que han adoptado hasta nuestros actuales días, nuestros colegas uniformados, en relación a la grave situación política, económica, social y militar de la Republica Bolivariana de Venezuela es una mezcla de cobardía, oportunismo, ignorancia y oportunismo; producto de las experiencias políticas y militares que arrancaron con el 11 de abril de 2.002 hasta hoy, pero yo les doy el beneficio de la duda en la actuación institucional durante una contingencia parecida a las experiencias del 18 de octubre de 1.945, del 24 de noviembre de 1.948, del 23 de enero de 1.958 y…¿Por qué no? del 11 de abril de 2.002. Negar que la Fuerza Armada Nacional tendrá una actuación protagónica para una salida anticipada al año 2.013, del Presidente de la Republica Hugo Chávez de la primera magistratura, es colocarse al margen del escenario de mayor probabilidad de realización.
El párrafo anterior no significa que dentro de la institución armada hay gente conspirando para derrocar al Presidente de la Republica y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional; allí hay que darles el beneficio de la eficiencia a los organismos de seguridad del estado.
Ese párrafo recrea que dentro de lo mas intimo de imaginación creativa, en lo mas profundo de la conciencia productora de ilusiones que reside en los conductores de operaciones militares, cuando bajo el asedio de la presión del enemigo son obligados a tomar decisiones en tiempo real, allí en ese momento; los institucionalistas, alguno de ellos o todos, se empinarán junto al arquero ingles y sin que ninguno de los árbitros vea la falta, levantarán discretamente la mano, como solo Diego Armando Maradona (el futbolista magistral, no el que mastica pasta de coca) lo pudo hacer hace veintidós años y mandarán la esferica hacia lo mas profundo de la malla. El grito de GOOOL penetrará en los timpanos y será unanime en el mundo.
Ese será el momento en que se inviertan los roles y el institucionalista se pondrá en el hombro a la institución como la propia Emulsión de Scott. Yo estoy seguro que la mano de Dios estará presente en ese momento. ¡Amen!

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