martes, 5 de febrero de 2008

FORMA Y FONDO

No soy especialista en la semiótica. Mis áreas de especialidad son las operaciones sicológicas que tienen mucho que ver con los signos y las señales, en tanto y en cuanto estas tengan una influencia en la actitud de la audiencia hacia donde se dirigen los mensajes. La semiótica o semiología, según se quiera enfocar esa área, complementa al diseño del plan de operaciones sicológicas en ese entramado de inducir a la mente a formarse opiniones y a forzar decisiones, que es al fin y al cabo el objeto de un plan opsic.
El discurso del Presidente Hugo Chávez y mas allá de eso el acto en si, con el cual se ¿celebró? en Valencia estado Carabobo el aniversario numero 16 de la felonía del 4 de febrero de 1.992, estuvo revestido de mucha simbología, de muchas señales hacia dos audiencias explicitas, que están definidas como amenazas en la implementación de la doctrina de la guerra asimétrica del régimen castro chavista y de la revolución bolivariana.
Como todos saben en el nuevo diseño doctrinario de la Fuerza Armada Bolivariana y Revolucionaria, la guerra de cuarta generación es su estandarte en el sistema chavista de combate a las amenazas que se hayan definido.
Durante el discurso pronunciado por el entonces General de División Raúl Isaías Baduel, Comandante General del Ejercito en el acto del Día de la Juventud y el 192 aniversario de la Batalla de La Victoria el 12 de febrero de 2.006, este esbozó las potenciales amenazas que generaban presiones hacia el nuevo estado revolucionario, chavista y bolivariano. Decía en ese entonces Baduel que la desestabilización, la desorganización, la subversión, las acciones por parte de grupos separatistas y los golpes de Estado, entre otras manifestaciones promovidas por organizaciones políticas trasnacionales y sus agencias locales, a las cuales denominó depredadores corporativos, eran las amenazas contra la seguridad de la nación chavista.
Cuando se depura esa paja conceptual del nuevo ¿pensamiento? militar bolivariano se arriba a dos hipótesis de conflicto que derivan de las únicas amenazas en el horizonte planificacional de los iluminados de la Sala Situacional de Miraflores y del Ministerio de la Defensa; la oposición venezolana al régimen y el actual estado colombiano.
Son estos dos vectores los que se enfrentan con fuerza y dirección al crecimiento y expansión de la Revolución Bolivariana hacia lo interno de Venezuela y en dirección a la sub región latinoamericana, respectivamente. Ambos, han obtenido recientemente victorias significativas en sus frentes de ataque y han obligado al Sátrapa y su Estado Mayor de Coordinación a redefinir su estrategia y a considerar un cambio en su diseño estratégico operacional que le facilite tiempo para reaccionar y espacio para maniobrar; conservando intacto el objetivo político de perpetuarse en el poder, a través de cualquier vía.
¿Por que el acto en Valencia?
Chávez retó militarmente en el mes de diciembre al gobierno colombiano pensando que el señuelo de la guerra va a nuclear la unidad nacional perdida y en franco desbarajuste luego de los indicativos de corrupción, ineficiencia, inseguridad, inflación y desabastecimiento que aquejan a los venezolanos y de la derrota del 2 de diciembre de 2.007 en el referendo aprobatorio a la reforma constitucional. En torno a la carnada de las reivindicaciones territoriales y la solidaridad política con las FARC-EP quiere armar la emboscada de embarcarnos en la guerra con nuestros vecinos. Mata dos pájaros de un tiro si alcanza aunque sea un mínimo que levante las simpatías de la narcoguerrilla y su postrada y alicaída imagen que entro en una vertiginosa barrena desde la batalla del referéndum. Pero vayamos a lo nuestro de la forma y del fondo, con este pote de humo que nos ha lanzado el Sátrapa para tratar de tapar el la maniobra diversionista.
Valencia es la sede de la poderosa Brigada Blindada. El caney de los blindados de Venezuela se asienta en el estado Carabobo; los poderosos tanques AMX-30, AMX-13, los Scorpion y los Dragoon, quienes son la columna vertebral de la planificación estratégica de Venezuela en el desarrollo de su hipótesis contra Colombia tienen su domicilio organizacional en Valencia. Andrés Eloy Blanco señaló en alguna oportunidad que si se pudiera imaginar alguien que remitiera una carta al Ejército, este debería remitirla al campo de Carabobo, porque Carabobo es el domicilio histórico del Ejército. ¿Verdad que se desprende una señal de hacer el acto en Valencia?
En un momento del discurso del Presidente, este leyó un papelito que previamente le había consignado el Ministro de la Defensa, donde establecía un patrón de comparación entre la operatividad de la Brigada Blindada en 1.998 cuando él llegó a la Presidencia de la Republica y el momento actual. Esos numeritos deben haber sido escrupulosamente registrados por el sistema de inteligencia colombiano en el orden de batalla de Venezuela, para alimentar la apreciación de inteligencia de sus planes operativos, sin necesidad de hacer ningún esfuerzo de búsqueda.
El atuendo militar para la ocasión iba más allá del júbilo de la conmemoración de su propia efemérides revolucionaria. Las arengas, el discurso, la solicitud de permiso para iniciar el acto del General Wilmer Barrientos, quien comandaba la agrupación de parada y desfile, y el posterior cierre del acto, el camuflaje de la cara y el corto discurso de autorización que les otorgaba su Comandante en Jefe parecían el libreto premonitorio de la película La Caída de Bruno Ganz.
La presencia de las unidades de paracaidistas, vecinas de la cercana Maracay estado Aragua y las unidades aéreas de la Aviación del Ejercito y la Aviación Militar, rememoraba la fallida operación Market-Garden de la segunda guerra mundial en la propia realidad del Fuhrer barinés. El adobo con las unidades de Caribes del Ejército y de operaciones especiales de la Armada y la Guardia Nacional proyectaba a Hugo Chávez con los codos clavados en un gran mapa de Colombia y Venezuela y con la cara apoyada en ambas manos y la mirada estrábica, recibiendo los reportes trucados de sus generales y almirantes, ateridos del miedo e incapaces de restregarle la verdadera realidad del apresto operativo del componente armado. Ese acto de la conmemoración del 16 aniversario del golpe de estado del 4 de febrero de 1.992, me trasladó completo, con cotufas, refresco y todo hasta una confortable butaca de un cine para disfrutar del momento en que Adolfo Hitler en el filme argentino recibe los embustes de sus generales culilluos por el uso de una hipotética división que nunca llegaba para defender a Berlín. Cuando el rollizo General en Jefe Ministro de la Defensa le pasó el papelito garrapateado con el nivel de operatividad de la Brigada Blindada, no pude evitar una asociación con esa parte de la película. Me imagino que los colombianos gozaron una bola, cuando Rangel Briceño le pasó esa información a su Comandante en Jefe…en una servilleta ¿Qué tal?
Con lo del brazalete tricolor en el brazo izquierdo no pude evitar una asociación con el que usan los panas de las FARC-EP; si se quiere alguna otra referencia para vincular ambos proyectos, el de las FARC-EP con la Revolución Bolivariana; ese es un buen indicativo para que los analistas de inteligencia colombianos actualicen su carta de situación en el orden de batalla.
Los invitados a la piñata bolivariana del 4 de febrero eran eminentemente militares, no había pueblo, no había sociedad civil. Si se quería enseñar los dientes al gobierno colombiano, este va a interpretar que eran de risa nerviosa y no un gruñido amenazador. La principal plataforma para disuadir a nuestro adversario y vender la seriedad de nuestros actos, en la ejecución de una estrategia indirecta es en relación directa al mensaje, el contenido y su credibilidad. Creo que lo ocurrido en Valencia este 4 de febrero de 2.008 distorsionó y generó un ruido en el mensaje; su contenido fue vacío y su credibilidad nula. Creo que deben leer nuevamente a André Beaufré y toda su bibliografía.
En síntesis, si Hugo Chávez quiso disuadir a las dos hipótesis de conflicto (La oposición a su régimen y el gobierno colombiano) de su guerra de cuarta generación, con este acto con el que conmemoraba un nuevo aniversario del golpe de estado del 4 de febrero de 1.992; mas que amenazar con esta parada y desfile militar en la sede de la poderosa Brigada Blindada del Ejercito Venezolano, lo que proyectó es la reedicion completa del filme La Caida del argentino Bruno Gantz.
Tanto en la forma como en el fondo, la fiesta del 4 de febrero de 2.008 envió un mensaje lapidario para la nomenclatura chavista ¡Paz a los restos de la Revolución Bolivariana!

No hay comentarios.: