martes, 20 de septiembre de 2005

La Alianza Militar por Venezuela

El jueves 21 de agosto, reincidí y asistí nuevamente a la asamblea de la Alianza Militar por Venezuela (AMV). El hombre es el único animal que comete el mismo error dos veces. A sabiendas de eso fui con la intención de que después de mi inasistencia en tres sesiones anteriores, los aliados se hubiesen puesto de acuerdo y ya hubiesen definido cuál es el objeto y la finalidad de asociarse marcialmente.



Había entendido que los militares retirados opuestos a la conducción de la política militar del Presidente Hugo Chávez Frías y en general a la conducción del país, se iban a convertir realmente en una referencia para los militares en situación de actividad; es decir iban a ser orientadores de cómo iba a ser la actuación institucional de la Fuerza Armada Nacional (FAN) cuando se decida la actuación de esta. Igualmente, una vez que se convirtieran en referencia, iban a fungir de facilitadores de esta actuación.



De la misma manera, la Alianza iba a enviar un mensaje de UNIDAD hacia lo interno de los cuarteles, con la finalidad de que los militares en situación de actividad, asimilaran el signo de integración de toda la familia militar, como siempre había sido, y como se aspira que sea en un futuro muy cercano. No ha ocurrido así. Aun se siente en la liga militar la convivencia de un archipiélago de intereses grupales, de facciones en ciernes, de aspiraciones in pectore, de agendas ocultas y de otras finalidades bastante alejadas de la intención unitaria, de los objetivos difundidos y lo más grave, de la manera de arribar a esas metas. Los distintos sectores militares que hicieron vida en la Plaza Altamira tienen sus curules bien diferenciadas en ideas y acciones, en el conclave uniformado; el Frente Institucional Militar (FIM) no oculta su aspiración de seguir manteniendo el protagonismo en la disidencia militar al régimen y no da muestras de ceder un ápice en ello; los independientes (realengos) con espacios comunicacionales ya ganados se desenvuelven con amplia libertad y no asumen compromisos corporativos plenamente, otros en representaciones clandestinas de otros sectores, simplemente hacen el papel de convidados de piedra y los demás, simplemente no asisten. Un flaco servicio unitario se hace al criterio de integrar todos los esfuerzos militares de afuera, pero especialmente a quienes aún están adentro en situación de actividad, esperando una luz, una referencia, una orientación; y lo más importante que les hagan el trabajo que por razones de seguridad, ellos no pueden hacer.



Percibí que aún, en una gran mayoría de los asistentes habituales y entre ellos los directivos, no se tiene claro cual es el objeto de unirse a la manera castrense. Yo entiendo que si la coalición hubiese sido de la Alianza de Matemáticos por Venezuela (AMV) y esta se hubiera originado por la coyuntura política actual; estos se reunirían con la intención de buscar – al menos – una formula matemática para obligar exactamente y de forma calculada al gobierno, a encausarse constitucionalmente. Igualmente, si los galenos se ayuntaran políticamente por esto, Alianza de Médicos por Venezuela (AMV); el análisis hipocrático de la coyuntura vendría por una medida sanitaria para inocular legalmente a un gobierno enfermo y que actualmente está boqueando por una enfermedad terminal que se llama, ilegitimidad de ejercicio. De la misma manera, si los músicos decidieran hermanarse para obligar a Chávez, a que baile pegado con la Constitución Nacional de la Republica Bolivariana de Venezuela y en general con los intereses generales de toda la Nación, Alianza de Músicos por Venezuela (AMV), estos se dedicarían en exclusividad a buscar la armonía y los compases correspondientes, para que el Faraón Barinés se vaya con su música a otra parte.Y la Alianza de Mecánicos por Venezuela (AMV), me imagino que se dedicarán a discutir como hacer los ajustes, las reparaciones, los reemplazos y hasta las modificaciones mecánicas, para que funcione ese aparato que llaman Venezuela y que malamente ese operario que llaman Hugo Chávez, la ha convertido en un perolito. Ni hablar de la hipotética Alianza de Magos por Venezuela (AMV), quienes dedicarían sus esfuerzos prodigiosos de la taumaturgia, para desaparecer por encantamiento, ante un esperanzado y boquiabierto (¡de hambre, no de sorpresa!) pueblo venezolano, los resultados de esta borrachera con anís del malo, que llaman la Revolución Bolivariana.



Así pudiéramos pasar revista por todo tipo de profesiones u oficios, especialidades, orígenes, condiciones, que decidieran declararse en asamblea, motivados por la coyuntura política actual. Maestros, mafiosos, manganzones, mahometanos, majaderos, majestades, majareteros, malayos, maliciosos, maltusianistas, managers, manicuristas, maniquíes, maniobradores, mansos, mantequilleros, manumisos, marchitos, mariachis, margariteños, marxistas, marsupiales y pare usted de contar, de todas aquellos exclusivismos laborales, de pensamiento, de origen, de condición, etc. que pudieran estar en sintonía con la AMV, pueden estar todos ustedes seguros, que se dedicarían en sus asambleas a especular, analizar, concluir y recomendar desde el punto de vista de sus correspondientes áreas, a hacer planteamientos para la solución política de Venezuela.¡Pero, No! La Alianza Militar por Venezuela (AMV) se ha contagiado en la barriga, de los males de la política. Las taras de las agrupaciones políticas de la Cuarta Republica y lo peor de las enfermedades demagógicas de la Quinta han minado su organismo en la fase de gestación, porque aún no ha terminado de nacer. Los grandes males que han aquejado toda la oposición en general los atesoró su cuerpecito nonato y desafortunadamente la idea del aborto debe estar rondando en padres, hermanos y demás integrantes de la familia militar en disidencia. ¡El protagonismo y la falta de objetivos claros!



¿Cómo se imagina el más profano de los mortales en materia militar, una reunión normal y ordinaria de la Alianza Militar por Venezuela (AMV)?Una sesión, donde como referencia se valoraría la situación política del país, posteriormente se informaría la situación de Inteligencia Estratégica derivada de la coyuntura política y por ultimo se plantearían los escenarios mas probables y las maneras (Formas de Acción las llaman en las Escuelas de Estado Mayor) de enfrentar esos escenarios militarmente. Ese es el resultado de la imaginación de un ignorante en la ciencia y el arte militar. ¡Así de sencillito y sin muchas complicaciones! ¿Cómo es la realidad de una sesión ordinaria de la Alianza Militar por Venezuela (AMV)? Es una asamblea muy formal, con lectura del acta anterior, aprobación normalmente por unanimidad y todo, luego de lo cuál se pasa a la agenda del día, habitualmente informada in situ y sin derecho a pataleo. ¡Muy democrática! La temática de la agenda normalmente desemboca en unos famosos estatutos que no han podido ser notariados y registrados; y que no han dejado participar oficialmente a la coalición militar en las tarimas de la Coordinadora Democrática (CD) – para desgracia del pantallerismo uniformado y el pescueceo militar - y que originan unas largas exposiciones y discusiones que consumen la mayor parte de las dos horas y media asignadas por el lujoso hotel, en el contrato, para la reunión de la yunta castrense. Por cierto, el nacimiento legal de esta corporación, es lo que le permitiría funcionar financieramente. El estudio del glomérulo de Malpighi en el riñón enfermo de la democracia venezolana y la embriología del pollo Salas en la regionalización y descentralización del funcionamiento del estado; la extinción de la ballena de los mares del sur y el pájaro bobo por su monogamia; y su incidencia en la conducta orgiástica y desenfrenada sexualmente, en Miraflores, del Zar en Alpargatas; el estado de gracia eterna del Nirvana venezolano, una vez que el Don Corleone Revolucionario lo saque el pueblo; el uso de ludiones en el agua institucional, para valorar el equilibrio de los poderes públicos venezolanos; el isomorfismo en la literatura filosófica del lenguaje revolucionario, es decir su incompatibilidad entre la jerigonza chavista y la realidad del pueblo; son entre otros, los temas que pudieran muy bien, ser abordados en esas soporíferas sesiones del ayuntamiento castrense de la Alianza Militar por Venezuela (AMV). Y estamos seguros que serían tratados con una profundidad académica envidiable, por nuestros magistrados del Campo de Batalla. Pero, nada que ver con la mitología, especialmente con el estudio del hijo de Júpiter y de Juno, el Dios Romano de la guerra, Marte. Ese tema es hábilmente eludido y soslayado. Cada vez que alguien insiste en el punto, es remitido inteligentemente a una Comisión de Estrategia cuyo trabajo y resultados se desconoce; a propósito, a quienes les damos el beneficio de la duda de una manera muy respetuosa. La aparición de camarógrafos, reporteros y periodistas en general, obliga al necesario e indispensable retoque, la pasadita del peine, el atusamiento del bigote y la pulitura de la calva, el ajuste del nudo de la corbata, el alisamiento de las solapas del flux, el encaje de las caídas del mismo y por ultimo la suspensión temporal de la sobria cofradía marcial para dar paso a la declaración formal y atildada ante los medios de comunicación social, en una franca competencia de soles y estrellas, por agarrar cámara, sonido y luces; y nada de...acción.



En materia de asociaciones, la única que realmente ha sobresalido por encima de otras, en esta coyuntura política del país, ha sido una Alianza de Mujeres por Venezuela (AMV), quienes sin necesidad de documentos de constitución, sin registros, sin notarias, sin comisiones internacionales, sin comisiones de medios, sin reuniones en el Marriot, sin comisión de finanzas, sin comisión de estados y de relaciones publicas; simplemente se han dedicado a lo que tiene que hacer cada venezolano en esta trágica etapa de la nacionalidad. Asumir su rol; ellas han asumido su rol, de ciudadanos a quienes les duele el país y lo están defendiendo con lo que esté a su alcance, poniendo en riesgo su libertad y su vida. Algo que están asumiendo sin necesidad de jurar ante la Bandera Nacional, a Dios y a la Republica de “...defender la patria y sus instituciones hasta perder la vida



Es innegable que cuando se haga una evaluación de la actuación de la mujer en esta etapa política, su ubicación será de primer orden. Han demostrado tener ovarios (Se asume que por oposición biológica, los hombres deberían de tener testículos para actuar y muy especialmente los militares en cualquier situación legal) y son quienes frontalmente han asumido una actitud mas pugnaz y confrontacional; tal cual como lo exige la situación. Lo contrario es hacerle el juego y caer en los resultados que aspira el régimen. ¡El amedrentamiento!



Pero, quienes si han jurado ante la Bandera Nacional son los militares en cualquier situación legal (Activos o retirados) y esa misma actitud de las mujeres no la están asumiendo. Los militares retirados están trasladando esa responsabilidad única y exclusivamente a los que están en la situación de actividad. Se entiende que la condición de militar no se pierde nunca, se pasa a una situación de retiro y el grado no se pierde jamás. Entonces ¿porque se elude la responsabilidad del juramento? ¿En que momento el militar retirado, es licenciado de cumplir con su juramento militar? ¡En ninguna ocasión! ¡Simplemente se ha desmovilizado por razón de una norma prevista en la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas Nacionales (LOFAN)! La misma ley que el Káiser llanero ha violado en yunta con la Constitución Nacional. Mientras tanto, la Alianza de Malandros por Venezuela (AMV), cuya sede principal está en Miraflores, si tiene claro cuales son sus metas y objetivos, y trabaja como el crimen...!a la sombra! Es decir tiene objetivos y no tiene la enfermedad del protagonismo.

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