COBARDE Y BURRO

No tenía la menor intención de referirme al rebuzno declarativo del Ministro del Poder Popular para la Defensa, el General en Jefe Gustavo Rangel Briceño; según el cuál los oficiales institucionales de la Fuerza Armada Nacional son cobardes y burros al no adaptarse a la nueva realidad política del país. No me animaba a escribir sobre el asunto ese, por que se había levantado tanto polvo sobre el particular y se había refutado con buena pluma la declaración de Maguila, que estimé conveniente no echarle mas leña verbal a ese rebuzno con charreteras. Y que conste, también, que me contengo en el agravio y el denuesto hacia el Ministro; no hay ningún sesgo relativo en la expresión. Rangel es absolutamente así y punto.
¿Hay algo en la declaración de Rangel para llegar hasta los niveles de alarma? Yo pienso que no. El Ministro esta huyendo hacia delante y en su retirada, mas allá de expresar “¡Si la sangre huele a mierda, voy herido!” esta describiendo en toda su plenitud a la nueva institucionalidad militar que no termina de emerger en la corporación castrense.
La institucionalidad que se está levantando es coja, ciega, sorda y muda con los valores y principios de la revolución bolivariana y a lo largo de diez años de podas corporativas traducidas en juicios, consejos de investigación, cárcel, bajas extemporáneas, reducciones salariales, arrinconamiento a los militares retirados, hipoxia organizacional, desequilibrios estratégicos, autismo doctrinario, desmoralización de los cuadros, nulidad en el liderazgo, hiperpolitización y cretinismo en los altos mandos; no se ha podido constituir en una verdadera fuerza de línea capaz de servir de soporte político a los delirios mesiánicos de Hugo Chávez.
Observamos desde una posición privilegiada, el enfrentamiento entre los valores y principios que sirven de soporte a las Fuerzas Armadas Nacionales (FF.AA.NN) construidas en la institucionalidad de cuarenta años al servicio de la democracia, la libertad, la paz, la unidad y el texto de la Constitución Nacional al servicio de la sociedad de Venezuela; y los nuevos valores, los nuevos principios que hacen la plataforma a la Fuerza Armada Nacional (FAN), modelada en una institucionalidad al servicio de la Revolución Bolivariana, una dictadura militarista y decimonónica, el odio y la división de la sociedad; para quienes la Constitución Nacional es un librito para cargarlo en el bolsillo de la camisa roja rojita.
Es el enfrentamiento entre los institucionales de la democracia y los institucionales de la dictadura; los institucionales de la unidad y los institucionales del odio y la división; los institucionales civilistas y los institucionales militaristas; los institucionales al servicio de la Constitución Nacional y los institucionales al servicio de Hugo Chávez.
Por eso es que no le presté la atención inicial al graznido de Maguila Gorila en su declaración. Yo estaba completamente seguro que el tornapulérico general estaba dirigiendo el dardo verbal hacia los áulicos revolucionarios que forman parte de la nueva institucionalidad chavista que no termina de cuajar ni imponerse aguas adentro en la institución armada.
Después de diez años de ventajas en todos los ordenes, el reducido grupo que conforman los oficiales, sub-oficiales profesionales de carrera, tropas profesionales, cadetes, músicos militares, clases y soldados que simpatizan con la Revolución Bolivariana no han podido enterrar los valores, los principios y las tradiciones que fundaron la institución armada venezolana.
¡Burros y cobardes! Estoy completamente seguro que la expresión no estaba dirigida a quienes son mayoría en la Fuerza Armada Nacional. Los destinatarios eran otros.

Si no hubiese sido así, lo minimo que le hubiera preguntado a Rangel Briceño, Gonzalez Gonzalez y a Mata Figueroa estaría por este estilo ¿Se volvieron locos? ¿Estan comiendo guate directamente de la letrina?
Por lo demás, esa calificación de Bruto que ha acompañado desde el inicio mismo de su gestión ministerial, ha servido para que con este nuevo teatro declarativo, orquestado por el General Rangel y sus muchachones del Alto Mando Militar, se haya montado una parodia bien descriptiva de lo que va a ocurrir en cualquier momento que se reedite a la venezolana Los Idus de marzo para la salida de nuestro César en alpargatas.
Chávez con la sangre roja rojita manchandole su túnica, el puñal de la traición aún enterrado, se agarrará de la guerrera prensada en los botones por la obesidad y cargada de todo tipo de condecoraciones de utileria, de Bruto (Rangel) en pleno Palacio de Miraflores, con todo el Alto Mando Militar presente que le estará solicitando la renuncia y lo emplazará (A Maguila) con un latinazo salpicado de italiano que pasará a la historia: «Et anche burro, mió figlio Brutus» (1)

Mientras tanto...¡Te espero en la bajadita, Maguila!

(1) «¡Que mantequilla, Bruto, tu también hijo mio!»




Caracas, 26 de abril de 2.008