jueves, 3 de julio de 2008

JAQUE

Peón 4 Rey
Cuando el Presidente Álvaro Uribe empezó a detallar la milimétrica operación militar que concluyó con el rescate de Ingrid Betancourt, los 3 norteamericanos y los 11 integrantes de la fuerza publica colombiana, secuestrados por la narcoguerrilla colombiana; yo estaba a bordo de uno de los helicópteros de las Fuerzas Militares del hermano país. No me sentía ya, parte de la Fuerza Armada Nacional de los venecos. Estaba más orgulloso de que me hubieran pasado a la honrosa situación de retiro de una institución desde hace mucho tiempo desconocida para mí, por una medida disciplinaria; ahora era parte de una organización formada para preservar la democracia, los valores de un estado de derecho, la paz, la libertad y los derechos humanos. Cada detalle desnudado en la planificación por Álvaro Uribe me hacía más cachaco, más costeño, mas amante de la cumbia y el vallenato.

Caballo 3 Alfil del Rey
Pues mire, vea, yo soy un firme convencido que por la vía que esta avanzando el Presidente Álvaro Uribe con el apoyo constitucional e institucional de las Fuerzas Militares de Colombia y en general de toda la opinión publica nacional e internacional, el proceso de paz en el hermano país va avanzando irremisiblemente por la etapa de la incorporación de las FARC-EP a la vida política en el corto plazo y un desarme generalizado. Eso pasa por una fase de acuerdos que entrañaran la desmovilización de todos los frentes sin ningún tipo de condición – eso tendrá el formato de una rendición – y la generación en el estado colombiano de una serie de elementos para generar una transición sin traumas para la sociedad colombiana. Ese proceso debe canalizarlo el actual gobierno colombiano sin la intromisión de factores perturbadores (léase Castro, Chávez, Correa, Ortega y el grupito de los trasnochados latinoamericanos) y con la participación de organismos multilaterales que certifiquen la entrada y permanencia en ese proceso histórico, después de 50 años de violencia en el vecino país. Uribe se lleva todas las palmas de ese ciclo y se levanta como uno de los más grandes estadistas que ha generado Colombia en estos últimos tiempos. Cero puntuación para el veneco mayor que tendrá tremenda verraquera ¡vea usted pues!

Jaque al Rey
Continuo oyendo a Álvaro Uribe describiendo la operación militar, mientras estoy saboreando el tinto en uno de esos figones bogotanos después de despachar el ajiaco de rigor, pero con la mente encaramada en el helicóptero mientras observo a Ingrid Betancourt en su belleza franco-colombiana y su paz interior después del rescate y pienso en los miles de militares venezolanos muriéndose de la envidia por la incapacidad de planificar y ejecutar algo como esto que continua relatando nuestro presidente verraco. ¡Carajo! ¡Imagínense ustedes a Santos al lado del atocinado Ministro de la Defensa veneco! ¡Tienen que devolver dinero en la comparación! ¿Cuántos coñazos habrá despachado en su oficina Hugo Chávez? ¿Qué pared habrá destrozado? ¿A que edecán le habrá mentado la madre? Me siento colombiano definitivamente. Un vallenato suena en toda su expresión frente a la Plaza Mayor por la alegría de la llegada de la paz a Colombia de la mano de un verdadero Comandante en Jefe. Me siento colombiano como se sentía Simón Bolivar. ¿En que estará pensando el Comandante en Jefe de los venecos? ¡Jaque al Rey Hugo!

Jaque Mate
Me siento colombiano como se sentía Simón Bolivar. Definitivamente voy a cruzar la rayita de la frontera cuando los militares venezolanos iniciemos nuestra propia Campaña Admirable para rescatar, sin disparar un solo tiro, como lo hizo Álvaro Uribe, al resto de los venezolanos de este secuestro que se lleva por los cachos el de la belleza admirable de Ingrid Betancourt. Diez años secuestradas las instituciones, diez años secuestrada la soberanía del país, diez años secuestrada la paz, diez años secuestrada la libertad y la independencia, diez años secuestrado el estado de derecho, diez años secuestrados los derechos humanos. Me siento colombiano de cualquier rincón de la ancha y vasta geografía del hermano país. ¿En que momento circulará la fotografía de Venezuela por Internet como fe de vida? La mirada perdida y huidiza , como la de Ingrid; la pierna calzada al final con la bota de hule y la cadena que la limita, y cruzada con la inercia de su entrega sin combatir, con el fondo de la selva de Marcos Vargas en Canaima o la llanura de Santos Luzardo en Doña Barbara retratadas en pleno siglo XXI, para llevarnos a la Venezuela de hace cien años; donde nos arrastra alias Hugo Chávez. ¿En que momento recuperaremos la laptop del monarca veneco? Me siento colombiano desde Punta Gorda hasta Leticia, desde el Golfo de Urabá hasta Puerto Carreño. ¡Ahora Ingrid Betancourt de Colombia es la Venezuela del Rey Hugo Chávez! ¡Hijoe’puta, vea usted pues, se le acabó la verraquera al veneco!
¡Jaque Mate al Rey!

Bogotá, 3 de julio de 2.008

1 comentario:

maelarrias dijo...

Quisiera reiterarle la entrega de un reconocimiento por ser su blog fuente de inspiración en mi primer año con el mio, espero que sea digno en recibirlo.

Saludos

http://delibreopinionpolitica.blogspot.com/