viernes, 20 de mayo de 2005

La pelea del siglo

Desde los lejanos tiempos del segundo reinado de Carlos IV (El Hiperquinético) y la pelea por la sucesión entre sus hijos, Los Notables Fernando VII (El Badulaque) y Carlos V (El Bellaco) por el trono del reino de Fuerte Tiuna en 1991, contienda que finalmente ganó El Badulaque por sus exquisitas y delicadas artes cortesanas y el fino manejo de la intriga y la zancadilla detrás del estrado; la historia no había registrado una riña de palacio mas frontal y contundente que la que están escenificando El Monje y El Carnicero para quedarse con la corona del Quinto Piso.
Estamos observando desde una posición privilegiada un match pugilístico – para la envidia de Don King - como nunca se había visto, por la bolsa del Ministerio de la Defensa. Esto si es una verdadera pelea de pesos pesados. No solamente por el nivel de cada uno de los contrincantes sino por lo que esta en juego! Nada más y nada menos que el Ministerio de la Defensa! Eso aparentemente entrañaría los privilegios inherentes al cargo, pero va más allá. Se trata de las comisiones más jugosas por las adquisiciones militares más altas en la historia del componente armado y el manejo presupuestario más importante en toda la historia de la Fuerza Armada Nacional.

Pero lo privativo va a ser la situación interna de la revolución y en particular de la del Comandante en Jefe Hugo Chávez, que es bien interesante. El pasado fin de semana en su programa semanal Alo Presidente, el primer mandatario reconoció tener problemas en las tres patas que sostienen la mesa de la Revolución Bolivariana. Primero que nada reconoció tener problemas en la producción de PDVSA, en segundo lugar tocó el tema de la situación interna del grupo político que lo apoya y por ultimo desarrolló el tema de la distribución de panfletos dentro del Fuerte Tiuna. ¡Nada más y nada menos que el dinero, la organización y las armas que sostienen el proyecto político de Chávez!

No vamos a tocar el tema del dinero (PDVSA) ni el de la organización (MVR); pero si vamos a abordar el de las armas que sostienen a Chávez en el poder; que es lo mismo que decir la Fuerza Armada Nacional (FAN) y su situación interna.

El venidero mes de julio la promoción de Hugo Chávez Frías (Promoción Simón Bolivar II) va a la situación de retiro por 30 años de servicio cumplidos. Esa situación la va a aprovechar Chávez para deslastrarse hacia lo interno del compromiso militar con sus “compadres” de la Academia Militar de Venezuela. Dejar activo alguno de ellos es exponerse a ubicarlo en un cargo militar significativo y de poder; que es lo mismo que decir con comando de tropas y posibilidades de influir en las decisiones políticas. Es difícil que el Comandante en Jefe vaya a dejar en servicio activo alguno de sus compañeros (Maniglia, López Hidalgo, Verde Graterol, etc.) que mañana o pasado se sientan con la posibilidad de remplazar a Hugo en el Palacio de Miraflores. Es preferible compartir el poder con sus “hijos” de los lejanos tiempos de oficial de planta de la “Casa de los sueños azules” y que López Hidalgo, Verde Graterol, Martínez Mendoza y Maniglia le hagan el trabajo que un grupo de traidores dejó de hacer en la Asamblea Nacional.
Lo otro es el manejo político y militar de la potencial coyuntura critica de la Revolución Bolivariana. Muy pocos analistas militares explotaron el momento del Alo Presidente cuando Chávez interpeló a la Ministro Yadira Córdova, a Aristóbulo, al General Ali Uzcategui y al resto de los bufones que le hicieron gradas en su comedia dominical, con la pregunta de saber las tareas que iban a realizar en caso de que él desapareciera por una componenda violenta del “imperialismo”. Estaba apelando a una de las capacidades del régimen. Como se sabe, el régimen de Chávez tiene en este momento la capacidad de reaccionar, de reorganizarse y de resistir.
Cuando Chávez le recordaba a Yadira Córdova la Ministra de Ciencia ¿Ya tu sabes que hacer? Le estaba recordando la tarea de irse a una de las Unidades de Defensa Popular, orgánicas de la Reserva Nacional que iba a operar en un Puesto de Comando Principal (PCP) y donde se iba a activar la Defensa Integral a que apelan ellos constitucionalmente; es decir la defensa de la Revolución Bolivariana; desde donde iba a seguir funcionando...el régimen. Mientras Aristóbulo Isturiz, Yadira Córdova, Maria Cristina Iglesias, Rafael Ramírez, Merentes, Giordani, Carrizales, Ali Rodríguez y todo el gabinete, bajo la dirección de José Vicente seguían funcionando como gobierno en los predios del 23 de Enero (El celebre Museo Histórico Militar sería el nuevo Palacio de Gobierno); en Fuerte Tiuna – que es lo mismo que decir en el Ejercito - se definiría el destino de Venezuela, por el poder de combate que reside en ese componente.

Siendo el Ejército el Centro de Gravedad de los cuatro escenarios que ha simulado Chávez en la Sala Situacional de Miraflores; y que abierta y públicamente difundió el actual Comandante General del Ejercito y primer retador a la corona de García Carneiro el General de División (Ej.) Raúl Isaías Baduel en el periódico cubano Juventud Rebelde (La Guerra de cuarta generación, el conflicto con un vecino, el golpe de estado, el intervencionismo); entonces, su prioridad en cuanto a lealtades y confianzas para Hugo no es el Ministerio de la Defensa; pero no por ello debe descuidar lo que se deriva del Quinto Piso mas importante de Fuerte Tiuna.

Los marinos pueden sacar sus naves y lanzarlas mar abierto (La mayoría de los almirantes dice que cuando reviente el peo, apagarán el celular y se van a encerrar en su camarote a ver los acontecimientos por televisión), sacar a sus unidades de Infantería de Marina y conquistar algunos objetivos estratégicos; los aviadores podrán poner en el aire todos sus sistemas de combate; y los guardias declararse en rebelión en todo el país; pero siempre –léase bien – siempre la decisión recaerá en la postura que asuma el Ejercito y todo el poder de combate de sus bocas de fuego, sus aeronaves, su artillería, sus carros de combate, sus unidades operativas y sus potencialidades del combate en áreas urbanizadas y construidas, que serán el signo de la coyuntura valorada en las apreciaciones de la situación en la Sala Situacional de Miraflores. Mientras no haya un General de División en el Ejército, que calce los meritos revolucionarios de El Monje, es difícil que Chávez le nombre un sucesor.

En cuanto a García Carneiro; con todas las metidas de pata acumuladas, los mayúsculos casos de corrupción que se le endosan, su cretinismo profesional, su mostrenca intelectualidad, su aventurerismo político y su nula calidad personal; esas, son las mejores referencias para que Chávez lo mantenga en el cargo. ¡Y algo muy importante, si la coyuntura política es de protagonismo exclusivo del Ejército, entonces nada mejor que ratificar a Garnica y evitarse el inconveniente institucional de ascender un nuevo General en Jefe o un Almirante en Jefe!
Ahora, eso es lo que piensa alguien lógica y racionalmente para garantizarse la solidez en la pata de la mesa más importante en la coyuntura política. ¡Y eso es lo que piensa Chávez!

Pero...¿que piensan los contrincantes?

García Carneiro sabe que lleva la ventaja del nombramiento, es General en Jefe y ha demostrado lealtad a la confianza del Comandante en Jefe y a la Revolución Bolivariana. Sus dilatadas y profundas grietas profesionales y personales en lugar de convertirse en una debilidad son una fortaleza para la ratificación de su mando; los escrúpulos, el acierto, las luces, la cordura, la mesura, la prudencia, el juicio, el valor, la sensatez y el equilibrio no son precisamente las cartas de presentación necesarias para la cartera del Ministerio de la Defensa, en esta etapa de la Revolución Bolivariana. Y eso hace bastante para que Jorge Luis sea confirmado.

Baduel es actualmente jefe del componente armado más poderoso de la Fuerza Armada Nacional y hace mas en ese cargo operativo, que firmando montañas de resoluciones ministeriales, peleando burocráticamente con los otros componentes y asistiendo a los soporíferos Consejos de Ministros presididos por José Vicente. Chávez piensa que su taimada y marrullera vocación orientalista y taoista, en uno de sus frecuentes estados de Nirvana, le puede abrir en cualquier momento, algún atisbo de reflexión y de beatitud, y lo encamine por un camino de raciocinio militar, de gloria política, de exaltación nacional y de juicio inconveniente para el proyecto político. ¡Dígame si en uno de esos estados de placidez mental y felicidad espiritual reencarna como el General Juan Vicente Gómez antes de 1908! ¡Ni de vaina, se queda en el Ejercito! Allá, los muchachos de 1981 para atrás me lo controlan.

Esa es la actual situación en la Fuerza Armada Nacional, pero así no lo valoran ni García Carneiro ni Baduel. Ellos mantienen vivas sus aspiraciones ministeriales y se sienten con los suficientes créditos personales y profesionales para ello. Uno para continuar en el cargo y el otro para llegar y Chávez muy inteligentemente asiste también como observador privilegiado a esta pelea por la titularidad que los mantiene entretenidos y distraídos institucionalmente de otras tareas inconvenientes.

No importa que los agentes de Baduel, abiertamente distribuyan en los cuarteles y reparticiones militares los panfletos que incitan a la rebelión militar (para desprestigiar la seguridad de Garnica en el Fuerte Tiuna) y que estos también filtren convenientemente a los medios de comunicación social los casos de corrupción en los que está directamente comprometido Garnica. Tampoco importa que Garnica de vez en cuando haga razzias militares y remita a los organismos de seguridad del estado a efectivos del Ejército, “comprometidos” con actividades conspirativas que chispean al inquilino del Quinto Piso del Ejército, como los treinta oficiales de ese componente, recientemente puestos a la orden de la Dirección de Inteligencia Militar para investigaciones.

¡Entre corrupción y conspiración esta el pugilato de Garnica y Baduel; y de que manera amigos míos!

Yo creo que la pelea va a quedar tablas porque para el árbitro lo más importante es el destino de la revolución y ese destino esta en las manos del Ejército.

¡En eeeeeeeeeestaaaaaaaaa eeeeeeeesquinaaaaaaaaaaa, invicto con treinta triunfos por la vía del nocaut, entre ellos varios muertos, con 75 kilos, con trusa azul, Jorge García, Eeeeeel Carniceroooooooooooooooooooo! y en eeeeeeestaaaaaaaa otra, también invicto con 29 triunfos, con 76 kilos, con trusa roja Raúl Baduel, Eeeeeeeel Moooooooooonjeeeeeeeeeee!
Caracas, 20 de mayo de 2005

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