sábado, 5 de julio de 2008

ALIAS HUGO CHAVEZ

Esta crónica esta saliendo como homenaje a la conmemoración de los 197 años de la Declaración de la Independencia de Venezuela y el Día de la Fuerza Armada Nacional. Es una ofrenda humilde a Venezuela, pero una manifestación de respeto a ese gran contingente de hombres y mujeres de Venezuela que hacen vida institucional en la Fuerza Armada Nacional (FAN). Esos mismos a quienes nuestro tornapulérico General en Jefe, Ministro del popó para la Defensa ha calificado como burros y cobardes.
A estas alturas del juego democrático y tal cuál como han venido desarrollándose los acontecimientos, nadie en la Fuerza Armada Nacional puede decir que no conoce realmente a su Comandante en Jefe. El Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, ese quien salió egresado de la Academia Militar de Venezuela como Subteniente integrante de la Promoción Simón Bolivar II en 1.975, ha pasado a ser un alias de su propia realidad.
Hace 35 años el Brigadier Hugo Chávez en Gamelotal estado Lara, en el periodo de campo de la Academia Militar de Venezuela era un sute jodedor y abierto, famoso por sus conferencias disciplinarias a los cadetes subalternos. Era Hugo, con la solidaridad de nuestros años mozos, un conversador copioso y surtido de las noches larenses, en la punta del cerro que estábamos atravesando con la patrulla de exploración y patrullaje. Su muestrario de temas era múltiple y en cada uno de ellos asumía un protagonismo heterogéneo y plural, como un veguero embustero y farolero. Los nuevos, con esa vena que caracteriza al subalterno de conocerle todas las vueltas al superior, murmurábamos del carácter tramoyista y patrañero del brigadier. Ya todos los de la patrulla conocíamos a Furia como medio liso. ¡Era un gran mojonero y punto!
Desde el año 1.989 cuando se devela por primera vez en el Ejército la conspiración del Teniente Coronel Chávez, sus compañeros de generación alentaron alguna simpatía hacia el campechano profesional y hasta apoyaron un margen de solidaridad grupal, sin amarrarse a compromisos de felonía y conspiración. Haciendo abstracción de la inercia organizacional, la ausencia de coraje de los mandos de esa ocasión y la incompetencia profesional de los responsables de las decisiones de aquella época, creo que la naturaleza ilusa e ingeniosa de Chávez y su personalidad de novelero tuvo una influencia significativa en el desarrollo de la conspiración y en su desenlace el 4 de febrero de 1.992, bajo la mirada complaciente y de lenidad de muchos jefes militares y políticos. Asumo que muchos le creyeron las cobas políticas y los embelecos militares de Tribilin.
Cuando ocurren los resultados electorales del 6 de diciembre de 1.998 y la asunción de Hugo Chávez al poder, muchos de quienes componían esa famosa escuadra de exploración y patrullaje en Gamelotal estado Lara, hicieron esfuerzos por conseguir una fotografía famosa en la que aparecía presidiendo el fachendoso y comediante Jefe de la patrulla. La instantánea apareció y se convirtió por arte de la lisonja personal y el requiebro institucional en un cuadro al óleo que se entregó pomposamente para hacerle la barba al nuevo jefe de Venezuela, en la sede del propio Ejercito que pisoteó el 4 de febrero de 1.992. El cuadro se convirtió en una de las primeras manifestaciones de enjabonamiento personal al pichón de Sátrapa y de exaltación a la felonía. Ya el fantasma de la deserción al deber y al compromiso con los principios en la patrulla, se había convertido en materia y algunos patrulleros de Gamelotal ya glorificaban la nueva personalidad institucional y constitucional en que se había trasmutado el sute barinés de los inacabables coloquios de las noches larenses del periodo de campo.
En la medida que ha transcurrido la vida institucional de la Fuerza Armada Nacional (FAN) durante estos nueve años y el desenvolvimiento de su Comandante en Jefe al frente de sus delicadas labores para garantizar el cumplimiento de la misión y el bienestar de sus hombres, tal cuál como decía el viejo y gastado librito de Mando y Conducción; este no ha estado a la altura de las exigencias del cargo y cada día el proceso de desmoralización corporativa, de desinstitucionalización, de dislocación estratégica, de ausencia de liderazgo y de deterioro del apresto operacional se acelera exponencialmente para dar paso a una banda de depredadores institucionales y parapetos organizacionales, en modo alguno aparejados a una fuerza de línea y una entidad tecnificada y profesional, acorde con las exigencias del nuevo milenio. Hugo Chávez ha pasado a ser un gran hablador de paja reiterativo y porfiado, con banda presidencial; cuestión de reminiscencias de Gamelotal.
Es difícil que entre los burros y los cobardes (institucionales) y los maguilistas (chavistas) que cohabitan en este momento en la Fuerza Armada Nacional haya alguien que no tenga una definición exacta y precisa del perfil personal y profesional de alias Hugo Chávez, el Comandante en Jefe.
¿Quién es Hugo Chávez? El sute de Gamelotal ha sido en estos largos nueve años Fidel Castro, Mao Tse Tung, Martin Luther King, Saddam Hussein, Moammar Gaddafi, el Che Guevara, Lenin, Pedro Pérez Delgado (Maisanta), Abraham Lincoln, Mahatma Gandhi, Ezequiel Zamora, Simón Rodríguez, Manuelita Sáenz, Marulanda (Tirofijo), Sandino, Tío Tigre, Ho Chi Ming, Tío Conejo, Carlos El Chacal, Carlos Marx, Juan Sonso, Pedro Rímales, Bart Simpson, Simon Bolivar y Mafalda. Lo mismo se encarama en la punta del Chimborazo para representar la propia versión de su delirio, que va al Monte Aventino en Roma a jurar en contra del imperialismo; pero es incapaz de cumplir en Venezuela la Constitución aprobada en 1.999.
¿Quién es Hugo Chávez? El veguero de Sabaneta se transmuta cada cierto tiempo en un warao en uno de esos tantos caños del Delta del Orinoco para compartir con farsa de circo, su exclusión ancestral y con la misma prisa de la argucia va a las cumbres y los encuentros multilaterales de presidentes, a denunciar teatralmente el disimulo de su propio disfraz y el fraude de su exclusivo fingimiento. Basta recordar aquello de “los presidentes de cumbre en cumbre y los pueblos de abismo en abismo”; hasta que se estrella con una expresión que hemos debido apropiarnos en la cima del cerro de Gamelotal hace 35 años, los integrantes de la patrulla de exploración y patrullaje en plenas peroraciones impertinentes y estiradas del brigadier...¿Por que no te callas?
¿Quién es Hugo Chávez? No es difícil calificar y precisar al Comandante en Jefe en este momento. En cualquier plano hay una determinación bien precisa. Hay a la mano bastantes elementos de naturaleza personal, profesional, política, académica, intelectual, moral, y familiar para diseñar un perfil bien contiguo a la realidad. Lo mismo puede dejarse crecer la barba y recrear su propia Sierra Maestra y Bahía de Cochinos en la fertilidad de su desembarazada imaginación de mitómano profesional, que pasearse por una fantástica Ofensiva del Tet conducida personalmente por él en un Viet Nam, dos Viet Nam, tres Viet Nam en la personificación de un Ho Chi Ming de papier maché. Ese es Hugo Chávez. ¡Un gran mojonero y punto!
Desde los lejanos días de Gamelotal en el estado Lara, la patrulla de la cancha de exploración y patrullaje, Toro Toro de Toro uno, las conferencias quiméricas y novelescas del Brigadier Hugo Chávez hasta el Alo Presidente, la caracterización del lacayunismo y la genuflexión de la fotografía convertida en cuadro al óleo y estos largos nueve años de ficción política, fábula militar, sueño sociológico, ilusión geopolítica, fantasía revolucionaria e imaginación de novelista que ha sido la realidad de Hugo Chávez; nadie mejor que otro mentiroso y chapucero como Hugo Chávez dentro de la Fuerza Armada Nacional para desconocer la verdadera personalidad de su Comandante en Jefe.
¿Quién mejor para conocer la esencia y la sustancia del Teniente Coronel Hugo Chávez? Precisamente él. Por eso le calza completo el alias Hugo Chávez, como a cualquier miembro del secretariado de las FARC.





jueves, 3 de julio de 2008

JAQUE

Peón 4 Rey
Cuando el Presidente Álvaro Uribe empezó a detallar la milimétrica operación militar que concluyó con el rescate de Ingrid Betancourt, los 3 norteamericanos y los 11 integrantes de la fuerza publica colombiana, secuestrados por la narcoguerrilla colombiana; yo estaba a bordo de uno de los helicópteros de las Fuerzas Militares del hermano país. No me sentía ya, parte de la Fuerza Armada Nacional de los venecos. Estaba más orgulloso de que me hubieran pasado a la honrosa situación de retiro de una institución desde hace mucho tiempo desconocida para mí, por una medida disciplinaria; ahora era parte de una organización formada para preservar la democracia, los valores de un estado de derecho, la paz, la libertad y los derechos humanos. Cada detalle desnudado en la planificación por Álvaro Uribe me hacía más cachaco, más costeño, mas amante de la cumbia y el vallenato.

Caballo 3 Alfil del Rey
Pues mire, vea, yo soy un firme convencido que por la vía que esta avanzando el Presidente Álvaro Uribe con el apoyo constitucional e institucional de las Fuerzas Militares de Colombia y en general de toda la opinión publica nacional e internacional, el proceso de paz en el hermano país va avanzando irremisiblemente por la etapa de la incorporación de las FARC-EP a la vida política en el corto plazo y un desarme generalizado. Eso pasa por una fase de acuerdos que entrañaran la desmovilización de todos los frentes sin ningún tipo de condición – eso tendrá el formato de una rendición – y la generación en el estado colombiano de una serie de elementos para generar una transición sin traumas para la sociedad colombiana. Ese proceso debe canalizarlo el actual gobierno colombiano sin la intromisión de factores perturbadores (léase Castro, Chávez, Correa, Ortega y el grupito de los trasnochados latinoamericanos) y con la participación de organismos multilaterales que certifiquen la entrada y permanencia en ese proceso histórico, después de 50 años de violencia en el vecino país. Uribe se lleva todas las palmas de ese ciclo y se levanta como uno de los más grandes estadistas que ha generado Colombia en estos últimos tiempos. Cero puntuación para el veneco mayor que tendrá tremenda verraquera ¡vea usted pues!

Jaque al Rey
Continuo oyendo a Álvaro Uribe describiendo la operación militar, mientras estoy saboreando el tinto en uno de esos figones bogotanos después de despachar el ajiaco de rigor, pero con la mente encaramada en el helicóptero mientras observo a Ingrid Betancourt en su belleza franco-colombiana y su paz interior después del rescate y pienso en los miles de militares venezolanos muriéndose de la envidia por la incapacidad de planificar y ejecutar algo como esto que continua relatando nuestro presidente verraco. ¡Carajo! ¡Imagínense ustedes a Santos al lado del atocinado Ministro de la Defensa veneco! ¡Tienen que devolver dinero en la comparación! ¿Cuántos coñazos habrá despachado en su oficina Hugo Chávez? ¿Qué pared habrá destrozado? ¿A que edecán le habrá mentado la madre? Me siento colombiano definitivamente. Un vallenato suena en toda su expresión frente a la Plaza Mayor por la alegría de la llegada de la paz a Colombia de la mano de un verdadero Comandante en Jefe. Me siento colombiano como se sentía Simón Bolivar. ¿En que estará pensando el Comandante en Jefe de los venecos? ¡Jaque al Rey Hugo!

Jaque Mate
Me siento colombiano como se sentía Simón Bolivar. Definitivamente voy a cruzar la rayita de la frontera cuando los militares venezolanos iniciemos nuestra propia Campaña Admirable para rescatar, sin disparar un solo tiro, como lo hizo Álvaro Uribe, al resto de los venezolanos de este secuestro que se lleva por los cachos el de la belleza admirable de Ingrid Betancourt. Diez años secuestradas las instituciones, diez años secuestrada la soberanía del país, diez años secuestrada la paz, diez años secuestrada la libertad y la independencia, diez años secuestrado el estado de derecho, diez años secuestrados los derechos humanos. Me siento colombiano de cualquier rincón de la ancha y vasta geografía del hermano país. ¿En que momento circulará la fotografía de Venezuela por Internet como fe de vida? La mirada perdida y huidiza , como la de Ingrid; la pierna calzada al final con la bota de hule y la cadena que la limita, y cruzada con la inercia de su entrega sin combatir, con el fondo de la selva de Marcos Vargas en Canaima o la llanura de Santos Luzardo en Doña Barbara retratadas en pleno siglo XXI, para llevarnos a la Venezuela de hace cien años; donde nos arrastra alias Hugo Chávez. ¿En que momento recuperaremos la laptop del monarca veneco? Me siento colombiano desde Punta Gorda hasta Leticia, desde el Golfo de Urabá hasta Puerto Carreño. ¡Ahora Ingrid Betancourt de Colombia es la Venezuela del Rey Hugo Chávez! ¡Hijoe’puta, vea usted pues, se le acabó la verraquera al veneco!
¡Jaque Mate al Rey!

Bogotá, 3 de julio de 2.008